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Cronista local | Las denuncias de los vecinos de Ourense hoy, domingo, 21 de diciembre
TEMPERATURAS EXTREMAS
La Xunta ha activado la alerta naranja en la zona noroeste y valle del Miño de la provincia de Ourense, al registrar las temperaturas más altas en el mes de junio, valores que podrían tener graves consecuencias para la salud. El ambiente pesado, el aire caliente y el sol que no da tregua obligan a los ourensanos a buscar las soluciones más efectivas para luchar contra el intenso calor y cobijarse durante las horas centrales del día.
Para ello, hace un par de semanas la Universidade de Vigo, la Xunta y el Concello de Ourense presentaron un plan piloto para crear refugios climáticos antes de finales de 2025. Pero el concepto de refugio climático y los estudios sobre ellos se remontan a los años 90, cuando ciudades como Nueva York instalaron los primeros “puntos de refrigeración”, concepto que ha ido evolucionando hasta lo que se conoce hoy en día como refugio climático. Estos espacios llegaron años más tarde a España. En 2010, Barcelona se convirtió en la primera ciudad en crear lugares en los que refugiarse de las condiciones climáticas extremas.
Con el paso del tiempo y el aumento promedio de las temperaturas en verano, y disminución de estas en invierno, otras ciudades españolas se han sumado a esta iniciativa, como Madrid, Sevilla, Valencia o Zaragoza. Estos núcleos urbanos han señalizado los espacios considerados como refugios climáticos para que los ciudadanos los puedan identificar fácilmente. En las páginas web de los ayuntamientos de estas ciudades se recogen los listados de refugios, para que puedan ser reconocidos y así acudir a ellos.
En 2013 la Xunta presentó un estudio sobre la elaboración de un plan de refugios climáticos en Galicia, basado en iniciativas como la de Barcelona. En ese plan se contempló el estudio gracias a la participación de la UVigo en el Campus de Ourense. Las últimas conversaciones con el Concello de Ourense plantearon un proyecto para crear refugios climáticos, mediante la elaboración de un mapa de islas de calor, con medidas basadas en soluciones naturales. El convenio con la Universidad de Vigo permitirá diseñar un dispositivo que medirá la temperatura y humedad, para mapear el confort térmico de la ciudad, que se usará como modelo para otros municipios.
A diferencia de otras ciudades en España que ya luchan de manera efectiva contra las condiciones climáticas extremas, Ourense se queda rezagada en esa carrera. A pesar de existir múltiples espacios que reúnen las condiciones necesarias para ser considerados refugios climáticos, el Concello de Ourense no cuenta con un registro oficial de ellos. No hay identificaciones como sí existen en otras ciudades españolas, ni un listado accesible de la red de refugios disponibles en la ciudad. Pese al estudio que se plantea llevar a cabo en la zona urbana para identificar los lugares idóneos para establecer refugios climáticos, la ciudad aglutina espacios tanto interiores como exteriores, aunque estos no se encuentran repartidos de manera equitativa. La gran mayoría, en especial los refugios que se encuentran en zonas verdes, están relegadas a la margen izquierda de la ciudad, dándose una situación de desigualdad en cuanto a la protección de los ourensanos frente al frío o calor.
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