Los vecinos de Ourense, desconcertados con las nuevas líneas de Jácome: “Puxo o autobús urbano gratis para que non protestemos”
TESTIMONIOS DE LOS USUARIOS
Los vecinos de Ourense sufren el caos y las aglomeraciones de la primera jornada con las nuevas líneas de autobuses urbanos en la ciudad
El estreno de las nuevas líneas de autobuses urbanos en Ourense ha generado caos y críticas vecinales tras reducirse las rutas de 33 a 16 sin información suficiente. La reorganización provocó largas esperas, saturación en algunas líneas y barrios desatendidos, afectando especialmente a estudiantes y trabajadores. Fallos en la coordinación, paneles informativos y códigos QR aumentaron la confusión, mientras vecinos denunciaron pérdidas de conexiones clave y deficiencias en la comunicación del servicio.
Caos en el parque de San Lázaro: “No hay información de ninguna clase”
El caos en Ourense con motivo de los cambios en las líneas de autobuses afectó, entre otras zonas, al Parque de San Lázaro. El descontento de los ourensanos llenó las paradas de este punto donde conectan varias rutas. Durante toda la mañana numerosas personas se fueron congregando y con malestar esperaban durante minutos, e incluso horas, la llegada de su autobús.
“Siempre tuvimos el 18 para A Milagrosa. Si quería reforzar me parece bien, pero cambiar las rutas no. Llevo dos horas esperando, y no hay información de ninguna clase”, aseguraba Jesús Losada, uno de los afectados. La falta de información clara, la acumulación de retrasos de las diferentes líneas y el mal funcionamiento de los paneles informativos generó estrés y caos entre los vecinos, que a lo largo de la mañana necesitaron coger un autobús en los alrededores del Parque de San Lázaro.
Además, los viajeros aprovechaban la llegada de los autobuses a la parada para poder preguntar a los propios conductores por las líneas que pasaban por esa zona. Mientras, otros muchos se subían a un autobús, y se bajaban en la siguiente parada al ver que pasaba el que estaban esperando.
En el interior de los autobuses: “Púxoo gratis para que non protestemos”
La expresión “sardiñas en lata” se escuchó en numerosas ocasiones a lo largo de la jornada. El hecho de poner los denominados “busitos” en algunas de las principales líneas generó situaciones de agobio, acrecentadas por la falta de ventilación en algunos cocches. Además, en el parque San Lázaro muchos tuvieron que hacer frente al hecho de que la antigua distribución de líneas aún figuraba en la marquesina.
“É que con catro ou cinco persoas xa vai cheo”, comentaba uno de los pasajeros cuando el trayecto cruza la calle Curros Enríquez, antes de descender por la Avenida de la Habana. “Non sei que volta imos a dar, pero chegamos”, responde otro pasajero cuando una recién llegada pregunta si se para en la Estación Intermodal. “Pono gratis para que non protestemos”, afirma una tercera pasajera. “Non sabía nin a que hora saía”, añadía otro de los usuarios de la línea 4, que conecta el tanatorio As Burgas con la antigua estación de autobuses.
Otra de las preocupaciones es el espacio. “Solo cabe una silla de ruedas o un carrito de bebé”, comentaba una usuaria, mientras otro exclamaba: “Queren que deixes o coche na casa, pero a este ritmo non hai maneira”.
Desconcierto total en A Ponte: “¿A la otra parada o nos quedamos?”
La carpa informativa situada este martes frente a la estación de tren, junto a la antigua locomotora, no sirvió para evitar el desconcierto entre los usuarios de autobús urbano.
La imagen de la parada principal de la estación, con sentido al centro, fue de total incredulidad. Decenas de personas intentando “adivinar” su línea, a través de los folletos, se encontraron ante la situación de que los autocares se les desviaban en la cara. La mayoría se detienen junto a la farmacia que se encuentra enfrente a la estación, desviándose luego por la calle Xesús Pousa Rodríguez hacia el Puente del Milenio. “¿Qué hacemos, vamos a la otra parada o nos quedamos aquí?”, fue la gran duda.
Algunas vecinas decidieron intervenir: “Si vais hacia el centro, no es esta parada, tenéis que ir hasta la farmacia”.
“Se nota mucho cabreo entre la gente, yo ya por no esperar fui andando hasta el centro con un problema en la cadera, no sabemos ni cómo funcionan los horarios ni nada”, lamentó una usuaria.
Incomodidad y desconcierto en la Residencia: “Llegué tarde, y eso que pillé un taxi”
“Estas cosas pasan porque este señor alcalde está improvisando todo el tiempo, y mire usted los resultados”, observaba Santiago Mejide de 79 años, en la parada de autobús de la Residencia.
De forma general se advertía una desorientación acentuada, tanto de mayores como de los familiares que les acompañaban a citas médicas y otras cuestiones relacionadas con cuidados de salud. Esto, acompañado de la natural crispación social derivada de la descoordinación del sistema integrado de autobuses de la ciudad. “Yo tuve que tomar un taxi hasta aquí para realizarme una prueba médica, porque como vi todo hecho un desastre, me adelanté para no llegar tarde a la cita, y al final terminé llegando con retardo”, comentaba Renzo, electricista residente en Ribadavia. “Nosotros hacía cerca de un año que no veníamos a Ourense, y hemos venido a ver a un hermano de mi marido que está hospitalizado. Por desgracia, escogimos el peor día”, confesó María Suárez, vecina de Avión.
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