De las 17 agresiones a médicos en un año en Galicia, 7 fueron en Ourense

El Colegio de Médicos de Ourense presentó ayer el balance de agresiones a facultativos producidas en el 2024, coincidiendo con el Día Europeo contra las agresiones a profesionales sanitarios. A lo largo del pasado año, se comunicaron un total de siete agresiones a profesionales sanitarios en el área de Ourense. Esta cifra supone un aumento de dos respecto a los ataques producidos en los dos ejercicios anteriores.

Las médicas siguen siendo las que más sufren este tipo de situaciones, ya que cinco de las agresiones se producen a mujeres. En cuanto a los motivos que se señalan como causa de los ataques a facultativos, el principal es el tiempo de espera en ser atendido y las discrepancias personales con su médico. Respecto a la tipología de las acciones, la mayor parte son coacciones, amenazas e insultos, aunque solo tres de las siete agresiones fueron denunciadas ante la Guardia Civil y en un único caso se llegó a pedir la baja laboral.

El perfil del agresor en Ourense es el de una mujer de entre 40 y 60 años, que es acompañante de un paciente que no tenía programada su atención en el centro sanitario donde se produjo la situación.

Analizando la estadística, todos los incidentes se produjeron en el ámbito de la sanidad público. Atención Primaria fue el servicio donde se produjeron más agresiones, con hasta tres ataques, mientras que dos tuvieron lugar en Urgencias hospitalarias, una en Urgencias de Atención Primaria y otra en las dependencias del Complejo Hospitalario Universitario de Ourense. Curiosamente, los sietes ataques a personal sanitario se concentran en solo tres meses del año. Lo hacen principalmente, en junio y julio, cuando coincidiendo con el periodo estival más se tensiona la asistencia sanitaria por la falta de personal y los períodos vacacionales de los facultativos.

Desde el Colegio de Médicos de Ourense explican que el repunte de casos se debe al aumento de las comunicaciones por parte del personal sanitario. A pesar de este repunte en las denuncias, desde la institución lamentan que todavía muchas agresiones se quedan en el tintero. “Solo se llegan a denunciar una de cada cinco agresiones. Los profesionales prefieren evitar el proceso judicial por el desgaste que esto conlleva”, señala José Manuel Bendaña, secretario del Colegio de Médicos de Ourense. Desde la institución recuerdan que el Colegio ofrece asesoramiento jurídico e institucional a todos los médicos que sufran este tipo de situaciones.

Las agresiones se dispara

El dato total de agredidos en Galicia asciende hasta 17, casi el doble que en 2023 y la cifra más alta desde que hay registros. Aun así, es la tercera comunidad autónoma con menos tasa de agresiones por cada mil colegiados. Solo en el País Vasco y en Navarra hay menos episodios violentos contra facultativos. La cifra nacional también marcan el récord histórico de ataques a la profesión médica, con 847 acciones violentas comunicadas a los diferentes colegios territoriales. Esta cifra pone de relieve que cada diez horas se agrede a un médico en España.

Caamaño quiere que entre en vigor “lo antes posible” la ley contra las agresiones

La Xunta ha decidido tomar medidas para poner fin a esta situación. El Gobierno gallego modificará la Lei de Saúde para elevar la protección de la plantilla sanitaria y de esta forma castigar con multas económicas a los agresores.

El ejecutivo gallego quiere obligar a las gerencias de las áreas sanitarias a comunicar a la Fiscalía esos ataques, incluso en los casos en los que las víctimas no presenten denuncia. La Asesoría Xurídica se personará en las causas penales por atentado al personal sanitario y prestará asesoramiento legal a la víctima, que también recibirá apoyo psicológico. Además, se explorará la posibilidad de instalar videovigilancia en pasillos y salas de espera de los servicios de urgencias o de admisión.

A pesar de esta intención de la administración autonómica, ayer el Conselleiro de Sanidade, Antonio Caamaño, evitó dar plazos para la reforma de ley. El conselleiro explicó que su departamento trabaja “lo más rápido posible” para que esta ley esté aprobada “lo antes posible”.

Máxima protección

El objetivo, tal y como aseguró Caamaño, es establecer “un marco no que a protección aos traballadores sexa máxima, o cal redundará non só nun aumento das denuncias de agresións, senón tamén nunha diminución deste tipo de episodios”.