Danielle Dana: “Las cosas más simples en la vida al final son las más importantes”

PEREGRINOS

El italiano Danielle Dana recorre una segunda peregrinación a Compostela a través de la introspectiva Vía de la Plata

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Desde el sur de España y por el camino Mozárabe, llega a tierras ourensanas con necesidad urgente de albergue, pues tiene los pies para cercenar y ofrecer al santo. Digamos que a diferencia de otras ediciones precedentes, cuenta Daniele Danna que en esta ocasión, su peregrinaje está siendo un poco accidentado. “El año pasado ni una ampolla, este… ¡Un desastre!, en los dos pies… cinco, diez, catorce… y además una semana de catarro”, declara para La Región a la entrada del albergue municipal Eligio Rivas Quintas, sito cerca de As Burgas.

Habla un poco español, inglés, italiano y siciliano, lengua en la que nos dedica una frase. “Siti du carusi troppo beddu”, sois dos jóvenes muy bonitas, para que luego pregunten si a los de su nacionalidad les va la conquista. “Turigrinos”, nos regala también un simpático término para explicar que en el camino también hay categorías. “Gente que hace tramos en taxi y luego ocupan los albergues municipales”, explica de estos viajeros, que vienen a ser turistas. ¡Que las residencias económicas queden para los mochileros por favor, que traen las extremidades doloridas!

Pregunta.¿De dónde procede este caminante a postrarse ante el apóstol gallego?

Respuesta.Soy de Acireale, una comuna siciliana a los pies del Etna, allí me dedico al sector agro turístico. Antes era empresario, pero ahora soy empleado.

P.¿Cómo surgió el inicio de esta aventura?

R.El año pasado buscaba un cambio. Mi madre, mi hermano y mi mejor amigo fallecieron en el transcurso de tres años. De repente un día amanecí y dije, ¡basta!, dejé el trabajo y me lancé al camino.

P.¿Por dónde viene el andariego y cómo recaló en Ourense?

R.La primera vez hice el Camino Francés, en esta ocasión vengo por la vía de la Plata. Respecto a esta ciudad… en realidad no decides dónde parar, va en función de tus fuerzas.

P.¿Qué es lo que has aprendido tras tu anterior peregrinación a Compostela, y que te ha hecho repetir la experiencia?

R.El camino me ha enseñado que no tenemos límites, que podemos hacer lo que nos propongamos, y que para ser felices hace falta poco: una cama, comida, y buenos amigos.

P.¿Y la mochila qué?… no es precisamente pequeña…

Me he pasado (risas)… llevo doce kilos porque traigo el ordenador y cuando puedo trabajo un poco en los albergues.

P.Queda claro pues, que se puede saltar de la faena al recogimiento…

R.Sí, pero lo segundo se alcanza con dolor, cansancio y mucho calor…

P.¿Qué harás tras finalizar tu encomienda?

R.Pasaré unos días en A Coruña. Después regresaré a mi tierra.

Un nuevo norte al que mirar es el regalo que deja a Daniele Danna el Santiaguiño compostelano. Por el camino: introspección; la vía de la Plata, que viene del sur, es la más solitaria, elegida tan solo por el 3% de los caminantes que buscan ya sea la superación personal o la indulgencia plenaria.

Decimos adiós al peregrino en su austeridad: mochila, ordenador, bastones y “borraccia”, como llaman los italianos a la cantimplora; que no dé lugar a equívocos, la de Daniele solo transporta agua.

Perfil

Santo y seña: Daniele Danna, siciliano, edad a determinar; el sol aja, pero el mozo tiene buenas piernas.

Ruta elegida: Vía de la Plata

En su mochila: Que no falte la ‘borraccia’

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