Melenas del nuevo milenio firmadas por el venezolano Nando Silveira

De recados por las calles del casco histórico interceptamos a un joven empresario de origen venezolano; Nando Silveira, colorista y asesor de imagen afincado en Ourense, deja a su compañera tirar calle arriba, él se presta a un poco de salseo.

Vocación en la maleta

“Vale, uno, dos, tres...”, se arranca mirando a la cámara. Le dimos la acción, como no, mejor hacer las cosas bien, no cabe duda. “Mi espacio se llama Nando Studio y está en la calle cabeza de Manzaneda”, revela. En sus redes se ven mujeres con pelazos; atesora casi dos mil seguidores este llanero.

Llegó a Ourense hace cuatro años, localizó la ciudad por internet, el costo medio de la vida le pareció conveniente. “No tenía nada que me vinculara aquí”, reconoce, “pero me encanta la ciudad, me siento muy cómodo”, añade.

Graduado en enfermería y profesional de belleza con experiencia en el Valle de la Paz, Venezuela, de donde es originario, se desempeña también aquí en su sector, con su propio centro de peluquería de señoras. “Soy muy entregado, siempre trato de ser sincero con mis clientas, soy muy apasionado por lo que hago”, comparte con entusiasmo; arrancó por cuenta ajena al llegar hasta que montó su propio negocio.

“Me enfoco sobre todo en los diseños de color, en maquillaje de novias e invitadas, así como de otras celebraciones”, explica. Un año lleva su emprendimiento, que trata de cabalgar al ritmo de las tendencias. “Me gusta mucho la moda, que se vean muy ‘glam’ las clientas, conservando por supuesto la naturalidad”, explica. Romeu Felipe, reconocido colorista brasilero y estilista, es su gran referente. “También me inspiran mucho los maquillajes de ese país”, confiesa. “Sofisticados y que realzan la belleza”, describe.

“No trabajo barros u otras cosas porque no dan los resultados, a mi entender, que mis clientas solicitan”, explica. Le preguntamos entonces las que somos de llevar más la cara maquillada cuál es el secreto para no dejarte como Fanny Pelopaja después de un rubio de bote al mes, decolorados mediante. “Yo siempre le digo a las clientas que yo hago el ochenta, pero a ellas les queda el veinte”, declara. “Tienen que cuidar el cabello, es un proceso”, explica. “Color, diseño y hair care”, concluye.

Por el momento trabaja cabezas de mujeres de todas las edades “reconozco que tengo más gente joven que busca salirse de lo común”, comenta, “pero también hay alguna señora del barrio”, explica.

Le va bien porque es joven, entusiasta, trabaja el marketing y mantiene actualizadas sus redes. “Siempre hice colaboraciones con gente de aquí, con diseñadores como Nicandra novias, de la zona de Verín, orfebres, o tiendas de accesorios...”, explica. “Siempre apoyando el talento de Ourense para impulsarnos entre nosotros”, argumenta.

No tiene familia Nando en la ciudad porque partió de su país a Perú donde residió tres años y los suyos por el momento no tienen interés en venirse. Él, aprovechando la coyuntura, por el momento se ha paseado media península. “Barcelona, Valencia, Madrid, Portugal... he viajado bastante”, comenta. “Pero cuando veo el puente del milenio de fondo, siento esa paz, esa calidad, es mi hogar”, explica. El año pasado volvió a su tierra, “extrañas, pero no es lo mismo de antes”, comenta.

El sueño de Nando es crecer profesionalmente. Se le ve comprometido y responsable, algo que él mismo reivindica. Vecino del Posío atesora amigos de aquí y de otros países, y una pareja de nacionalidad desconocida.

Un chico tranquilo, que más podemos decir, de este venezolano que roza la treintena. Con “sentidiño”, su palabra gallega favorita; un aplauso pues, por la elección léxica que nos redondea el artículo, a Nando Silveira.