Gabriel Requena, sobre construir un país que le ha recibido, con su trabajo

Cuenta Jesús Gabriel Requena Alambarrio con su pareja y socio, un brasileño súper despierto, que con su negocio querían hacer tributo a la pertenencia. ‘Es ese rincón donde puedes sentarte y, sin darte cuenta, sentir que has llegado’ reza la leyenda en el muro de su cafetería, que lleva por nombre una palabra que funciona tanto en gallego como en portugués, como en su corazón, que es de Venezuela. “La coma al final, es aquello que en inglés quiere decir apropiación”, explica. Eslogan logrado, intenciones claras. “Yo no soy de aquí, pero puedo sentirme como tal, y contribuir a su desarrollo”, reflexiona la pareja. Pues mucha razón, ‘o de facer país’, será para los que están, nuestros respetos también para los que marchan.

Serenas maneras

Antes de hablar de lo que oferta su emprendimiento, vamos a sacarle la radiografía de la bondad, de sobra habrá ‘quen lle busque as cóxegas’. Viste de negro discreto, elegante, correcto, posa de perfil, se reconoce coqueto.

“A los dieciocho años dejé Venezuela y me fui a Colombia, antes de salir trabajaba en un restaurante, pero también cantaba, hacía animación… estudié artes escénicas”, explica. “Primero estudié cuatro semestres de ingeniería y telecomunicaciones, pero no pude seguir”, añade. Del país vecino saltó a España, y recaló inicialmente en Lanzarote. “Estuve un año entre allí y aquí sin documentación”, revela.

“Muchas personas me han dicho que quizá la hostelería no es para mí, pero mis pasiones como tal nunca he podido desarrollarlas”, confiesa. “Me ha tocado ganarme las cosas sean o no sean para mí”, reflexiona. “Yo fuerzo para que sean”, concluye. La forma en la que expresa su sed de progresar y de agarrar a la suerte y no soltarla, son dignas de titular, por eso mismo, se lo damos.

Sobre Terra'

"Nosotros nos dimos cuenta de que faltaba un lugar para los vecinos en el que podrían tomar un batido o un zumo natural"

Es vecino de A Carballeira, está casado y ha montado su negocio enfocado en desayunos, brunch y bar de última hora. “En esta zona hay mucho plato del día, por estar cerca de la residencia, pero nosotros nos dimos cuenta de que faltaba un lugar para los vecinos en el que podrían tomar un batido o un zumo natural”, explica. “Lugares en los que si no vas a comer estorbas un poco, porque hay mucha gente de paso”, opinan, y por eso proponen un ambiente en el que “puedes tomar algo sin prisas, sin esperar a que la mesa se levante”, concreta.

Pinchos de otros países como la empanada colombiana y salgados brasileros como la coxinha o el roladinho se ofrecen como añadido a ese almuerzo americano “de tostadas inéditas”. La bollería francesa completa la carta de la mañana, y por la noche “mojitos, capirinhas y cócteles que también creamos nosotros”, comenta.

Es hoy el día que libra el trío de socios “el tercero es mi hermano”, revela. “Él está más en temas de marketing además de trabajar de camarero, yo soy la cocina, y mi pareja está en la compra, la gestoría y los temas legales”, enumera.

“La fe es mi motor”, explica, nada que tenga que ver con iglesias, “es una apuesta por mí”, confiesa. “Yo creo que tengo condiciones para lograr lo que me proponga y mi sueño es que la vida me vaya dando lo que merezco”, expresa.

“Ourense es un lugar que me ha dado la oportunidad de emprender, está muy bien a nivel de servicios, y me gusta cómo funciona Galicia”, opina. ¡La tierra es de quien la trabaja!, consigna revolucionaria para hombre sereno, que aplica también en el caso de Gabriel Requena.