Ourense se blinda contra el fuego, de alto riesgo en 63 de sus 92 concellos

Ourense ha sido históricamente uno de los territorios de toda Europa más castigados por los incendios forestales. Basta con revisar los datos de hectáreas calcinadas para constatar la devastación sufrida. De las 185.000 hectáreas calcinadas en Galicia durante la última década, 102.421 corresponden al territorio ourensano. Una cifra que supera el acumulado de las otras tres provincias juntas.

Es por ello que el plan de prevención y defensa contra los incendios forestales de Galicia (PLADIGA) siempre pone especial incidencia en la provincia. El dispositivo antiincendios de la provincia contará este año con 1.526 efectivos entre bomberos forestales y brigadistas. De estas, 838 son funcionarios de la Xunta, 44 son de medios aéreos contratados, 59 son incorporaciones por parte del Estado y 585 provienen de concellos y parques comarcales. Son siete efectivos más que el pasado año.

Este personal velará por la seguridad, especialmente en los 63 concellos de la provincia declarados zonas de alto riesgo de incendio. En Galicia el número de concellos clasificados con esa denominación son 194, lo que supone el 32% sobre el conjunto de la comunidad. El plan de lucha contra el fuego establece como periodo fijo de alto riesgo los meses de julio, agosto y septiembre, si bien se puede prolongarse hasta octubre como época variable en función de la necesidad.

Medios sobre el terreno

El Centro de Coordinación Provincial, situado en la ciudad, se ocupará de las labores de organización y monitorización de los 12 puntos de vigilancia fija y las 69 cámaras de vigilancia, más que cualquier otra provincia. Al mencionado Centro de Coordinación, hay que sumar los existentes por cada distrito forestal de la provincia, que son los situados en las comarcas: O Ribeiro-Arenteiro, Miño-Arnoia, Valdeorras-Trives, Verín-Viana y A Limia.

Este sistema de vigilancia permite, por un lado, identificar rápidamente un foco activo, y por otro, visualizar en directo un incendio y seguir su evolución en tiempo real, facilitando la toma de decisiones durante la extinción de los mismos.

A estas instalaciones hay que sumar las bases de unidades de operativas (BUO) de Petín y Castro Caldelas que fueron mejoradas recientemente, y a las que se agregarán las que están en construcción en Bande y Muíños.

Otro de los puntos fuertes en la lucha contra el fuego son las bases aéreas. Tras la inauguración el pasado año de la base aérea Verín-Oímbra, Ourense cuenta con nueve aeródromos -más que cualquier otra provincia gallega-. Los situados en San Xoán de Río, O Barco, Vilamaior, Laza, O Xurés y A Merca sirven como base para los helicópteros, mientras que los de Antela, Beariz y Verín-Oímbra son utilizados por los aviones ligeros. Ourense también cuenta con 1.498 puntos de agua y un total de 898 cortafuegos.

Especial seguimiento para los fuegos transfronterizos

Una de las novedades que presenta el Pladiga de cara a esta campaña será la puesta en marcha del programa europeo Use4Forest (Interreg-Sudoe). El objetivo de este proyecto es abordar soluciones comunes en la prevención de incendios forestales que afectan a varios países, y se aplicará en la frontera portuguesa de las provincias de Ourense y Pontevedra.

También se contempla como novedad la creación del jefe/a de logística, un nuevo perfil clave para la gestión de incendios complejos. Este cargo, que recaerá en técnicos o agentes especializados, tendrá entre sus funciones coordinación de medios, comunicaciones, avituallamiento y alojamiento, así como la supervisión de suministros y equipamiento necesario en cada intervención, en conexión directa con el Centro de Coordinación de Distrito y los Puntos de Recepción de Medios.

Con todo, el objetivo del Pladiga sigue siendo ambicioso: mantener los índices de superficie quemada y número de fuegos por debajo de la media de la última década (18.000 hectáreas).