Ourense supera su pasado migrante y se reconvierte en territorio de acogida

Los datos definitivos de la Estadística de Variaciones Residenciales, publicados este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE), certifican una transformación estructural profunda en la demografía ourensana. Una provincia históricamente definida por la emigración y la pérdida crónica de capital humano logró consolidar en 2024 su nueva posición como territorio de acogida y refugio, registrando un saldo migratorio positivo de 4.379 personas, es decir, llegaron 4.379 personas más de las que se marcharon, lo que lo convierte en la cifra más alta de toda la historia.

Este dato constituye, con diferencia, el registro más alto de toda la serie histórica. La cifra de 2024 no solo pulveriza el repunte pospandemia de 2022 (+4.067), sino que triplica los registros del estancamiento de principios de siglo -cuando los superávits apenas promediaban 1.500 personas- y se aleja definitivamente de la recesión demográfica vivida durante la crisis financiera. Basta recordar que en años negros como 2015 o 1990, la provincia perdía población neta por flujos migratorios, con saldos negativos de -668 y -834 personas, respectivamente.

En un contexto donde el saldo vegetativo (la diferencia entre nacimientos y defunciones) se mantiene profundamente negativo, este superávit migratorio de casi 4.400 vecinos se ha convertido en el único factor capaz de sostener el volumen poblacional de la provincia por encima de la barrera psicológica y económica de los 305.000 habitantes. El aporte exterior es determinante de la supervivencia demográfica de Ourense. Sin este flujo constante de nuevos residentes, el declive del censo sería irreversible.

Durante 2024, se registraron 6.147 inmigraciones exteriores. El volumen de llegadas prácticamente duplica al registrado en 2019 (3.593) y triplica los datos de hace apenas una década, cuando en 2014 llegaban menos de 1.800 personas. Este dinamismo ha permitido que el saldo específico con el extranjero arroje un superávit neto de 3.860 personas, compensando con creces cualquier otra variable negativa.

Sin embargo, el indicador cualitativo que mejor refleja el cambio de paradigma es el saldo interior, que mide los movimientos residenciales entre Ourense y el resto de provincias españolas. Tradicionalmente deficitario -en 2005 la provincia perdía 576 habitantes anuales en este intercambio, “exportando” vecinos a Madrid o el litoral-, el saldo se ha vuelto positivo de forma sólida.

En 2024, Ourense registró un superávit de 519 personas en su intercambio con el resto de España. Este dato implica que la provincia ha logrado revertir su dinámica histórica de expulsión hacia los grandes polos económicos. Actualmente, no solo posee capacidad de atracción para residentes de otras comunidades autónomas, sino que ha maximizado su capacidad de retención: la emigración al extranjero se redujo a 2.287 salidas en 2024.

Galicia consolida cifras récord de retorno con 8.500 regresos en un año

Según los datos valorados este jueves por la Secretaría Xeral da Emigración, la comunidad registró un saldo migratorio positivo total de 30.325 personas en 2024. Dentro de este flujo, destaca el regreso de 8.435 gallegos residentes en el exterior.

El conselleiro de Emprego, Comercio e Emigración, José González, subrayó el perfil de estos retornados: el 85% tiene menos de 65 años y el 57% es menor de 45 años, lo que supone una inyección directa de población activa.

Para capitalizar esta tendencia, la Xunta ampliará en 300.000 euros el presupuesto del programa Merlo de apoyo al emprendimiento. Desde el inicio de la Estratexia Galicia Retorna en 2018, más de 45.000 gallegos han regresado a la comunidad.