Ourense y sus villas se quedan sin tarifa plana de transportes
ABÓNO ÚNICO
La falta de trenes y horarios incongruentes discriminarán de nuevo a miles de ourensanos
Los abonos únicos de transporte con tarifa plana de 30 euros para los jóvenes de hasta 26 años y de 60 para los mayores de esa edad facilitarán la movilidad o la penalizarán en función del origen y destino de los viajes. La Galicia más rural y las comunicaciones entre el sur de la comunidad autónoma se verán discriminados por esta medida que entrará en vigor en 2026 y será complementaria con los bonos ya existentes en 2025.
Para un estudiante o un trabajador que se mueva a diario entre Ourense y Santiago o A Coruña, el abono de tarifa plana le permitirá ir y volver por menos de tres euros diarios, 1,50 si tiene entre 14 y 26 años (los menores de 14 dispondrán de abono gratuito), gracias a una fluida frecuencia de trenes que circulan por ese corredor, con 9 trenes Avant y 5 Ave, Alvia y Avlo que aplican tarifa Avant, es decir, 14 desde las 6:40 a las 22:46 en viaje de ida y 11 en viaje de vuelta. La cifra, siendo alta, es notablemente inferior que la que disfrutan los usuarios del corredor del eje atlántico: 29 de Santiago A Coruña y 27 de A Coruña a Santiago. Las estaciones de ese corredor que tienen menos frecuencias, como Catoira, disponen al menos de siete trenes diarios por sentido.
Ourense-Pontevedra
Los abonos únicos permiten la intermodalidad. De momento, solo entre trenes y autobuses de las líneas regulares de titularidad estatal, que son muy pocas en Galicia. Pero establece una exclusión: el enlace de trenes consecutivos si hay menos de tres horas entre el primero y el segundo. Esto no permitiría, por ejemplo, utilizar un servicio Avant, entre Ourense y Santiago y una hora después, entre Santiago y A Coruña. Pero no está claro si sería posible hacer transbordo en Santiago para coger otro tren entre Santiago y Pontevedra, una solución que utilizan muchas personas que viven en Ourense y trabajan o estudian en Pontevedra. Del mismo modo, tampoco queda claro si podría ser empleado para quienes se mueven desde Ourense a Vigo, haciendo el viaje en Avant hasta Santiago y luego en un media distancia o un regional desde esa estación hasta Vigo.
Pero frente a esa amplia disponibilidad de horarios y trenes para cubrir las necesidades de estudiantes y trabajadores que se mueven tanto por el corredor del eje atlántico como por la línea de alta velocidad entre Ourense y Santiago, está la frustrante realidad de quienes tienen que desplazarse a diario o con frecuencia entre Ourense y Vigo o por las villas y estaciones de la línea del Miño para quienes los abonos de tarifa plana no van a tener ninguna utilidad porque no disponen de medios de transporte para utilizarlos.
Desde hace más de cinco años, concretamente desde la declaración del estado de alarma durante la pandemia de covid en marzo de 2020, la línea del Miño perdió el 75 por ciento de sus trenes de viajeros (pasó de ocho trenes por sentido a dos) y el 50 por ciento de las frecuencias de obligación de servicio público (de cuatro a dos). La pérdida fue un drama para los usuarios entre Ourense y Vigo y entre Ourense y la comarca de Valdeorras en ambos sentidos del viaje porque ha dejado el servicio en mínimos y con unos horarios que resultan incompatibles con la actividad laboral y el horario de clases de cualquier tipo de estudios. Pero, además, se convirtió en una tragedia para muchas localidades intermedias que perdieron el tren como modo de transporte público al contar únicamente con uno por sentido con un horario incompatible con cualquier tipo de actividad ya que no permite la ida y la vuelta en el mismo día. Este es un hecho que afecta de manera especial a los vecinos de Ribadavia que no tienen tren para ir a Ourense por la mañana y solo uno a las 15:51 que puede servir para enlazar con el AVE a Madrid y poco más, ya que no dispone de correspondencia de regreso hasta el día siguiente. Lo mismo ocurre a los viajeros que vayan de Ourense a Barra de Miño, a Os Peares y a San Estevo do Sil, que pueden salir de Ourense a las cuatro y media de la tarde pero no tendrán tren de regreso hasta la mañana del día siguiente. Y todavía hay quienes han salido peor parados, como los vecinos de Cenlle y Punxín que se quedaron sin tren en la estación de Barbantes.
Otro caso sangrante es el de O Carballiño. Renfe emplea el mismo tren para hacer seis viajes, tres de ida y otros tantos de vuelta cada día entre esa villa y Ourense, con una de las frecuencias por sentido que se extiende hasta Santiago. Pero no hay trenes de Ourense a O Carballiño por la mañana, ejemplo paradigmático, junto con el caso de Ribadavia de la ausencia de un núcleo de cercanías que tendría que facilitar la movilidad de estudiantes y trabajadores entre las villas más próximas a Ourense.
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