Estrés y ansiedad, los principales causantes del bruxismo

El bruxismo es un hábito involuntario que se manifiesta cuando una persona rechina o aprieta los dientes sin darse cuenta. Aunque muchas personas no son conscientes de que lo padecen, los efectos pueden ser dolorosos y, en ocasiones, causar daños dentales significativos.

Este problema, comúnmente asociado con el estrés y la ansiedad, se puede presentar tanto durante el día como en la noche. En el caso del bruxismo nocturno, las personas a menudo se enteran de su problema a través de los comentarios de alguien cercano que escucha el sonido de los dientes al rechinar mientras duermen.

El bruxismo se ha vuelto una afección cada vez más frecuente, siendo el principal desencadenante el estrés acumulado en la vida diaria. Según los expertos, el ritmo acelerado de vida y las preocupaciones constantes son factores claves que propician este tipo de comportamiento. Además, en muchos casos el bruxismo puede ser provocado por alteraciones psicológicas como nerviosismo, frustración o incluso ira.

Al ser un acto involuntario, las personas no siempre notan que lo están haciendo, lo que hace más difícil detectarlo de inmediato. Sin embargo, existen signos que pueden ayudar a identificarlo, tales como el desgaste dental, la sensibilidad en los dientes, dolores en la mandíbula o incluso dolores de cabeza relacionados con la tensión muscular provocada por el apretamiento de los dientes.

Existen dos tipos principales de bruxismo: el diurno, que ocurre durante el día y está más relacionado con el estrés y la concentración, y el nocturno, que se da durante el sueño y suele estar asociado con problemas de calidad del descanso.

La intervención de un especialista es esencial para identificar la causa subyacente y recomendar tratamientos, que incluyen desde protectores dentales hasta técnicas de relajación y manejo del estrés.