Conoce la herba concheira, una planta contra las durezas en Galicia

ZONA VERDE

Muestra de herba concheira, saboeira o xabroneira.
Muestra de herba concheira, saboeira o xabroneira.

El albitorno, bataneira, herba concheira, herba saboeira o xabroneira, conocida en castellano como hierba de los bataneros, jabonera o saponaria, y denominada científicamente con el nombre de Saponaria officinalis, es una planta herbácea perenne perteneciente, como los claveles y las clavelinas, a la familia de las Cariofiláceas. Se encuentra distribuida por casi toda Europa, el Cáucaso y la Macaronesia. En nuestra tierra, la podemos encontrar frecuentemente en los paseos por el campo o por los montes.

Posee un rizoma subterráneo, largo y rastrero, del que salen muchos tallos con hojas y raíces laterales subleñosas cilíndricas. Estos tallos erectos, simples o muy ramificados, y nudosos en la parte superior, son de color rojizo, glabros y pueden alcanzar hasta casi un metro de altura. Sus ramas y sus hojas son opuestas. Éstas últimas son ovado lanceoladas o elípticas y largas, de color verde oscuro en la parte superior, con tres nervios longitudinales bien marcados y carentes de peciolo, excepto las inferiores. Las flores se disponen en la parte superior del tallo a modo de inflorescencias más o menos densas, de olor agradable; tienen un cáliz tubular, truncado en la base, con dientes triangulares y de color verdoso o purpúreo; la corola tiene cinco pétalos rosáceos o raramente blancos. Sus frutos son cápsulas ovaladas que contienen numerosas semillas diminutas. Florece entre los meses de mayo y agosto. Crece en las orillas de ríos y arroyos y también en bordes de caminos, fincas, bosques, escombreras o taludes de lugares húmedos.

Toda la planta, aunque especialmente el rizoma y la raíz contienen una saponina llamada saporrubina, de acción purgante, sudorífera, diurética, laxante, estimulante y expectorante, motivo, éste último por el cual sus rizomas cocidos fueron muy empleados tradicionalmente en la farmacopea para la elaboración de jarabes pectorales. De ahí su epíteto officinalis. Por vía interna se utilizó, además, para tratar problemas de bronquitis, enfisemas y asma, pero este uso fue abandonado ya que al exceder las dosis adecuadas o al ser utilizada en períodos prolongados tenía efectos tóxicos. Por vía externa se utilizó para el cuidado de la piel, en casos de acné, eccemas, herpes y erupciones, y para el cabello. En la actualidad es un componente de diversos productos cosméticos.

Asimismo, fue utilizada durante muchos años, y aún lo es, para la elaboración de jabones tanto a nivel industrial, usando sosa cáustica, como casero, sin ella. También se utiliza para la fabricación de detergentes y dentífricos, de ahí su nombre genérico saponaria o jabonera. De hecho, al restregar sus hojas, con las manos o en contacto con el agua forman espuma. Antiguamente las lavanderas recurrían a esta planta para lavar tejidos, especialmente los de lana, de ahí también su nombre de hierba lanaria. Con el mismo fin se usaba en los batanes. Macerando toda la planta en agua hirviendo unos veinte minutos y dejándola en reposo, se obtiene una sustancia limpiadora biodegradable que se puede guardar en botellas al reparo de la luz y en lugar fresco, y utilizar también para el lavado de platos, vajillas y suelos.

La saponaria fue muy usada antiguamente por los peregrinos a Compostela, tanto para el lavado del cabello como de la ropa. También lo utilizaban a modo de cataplasmas para el tratamiento de las durezas de la piel, cogiendo raíces frescas, triturándolas y aplicándolas durante la noche o en los tiempos de reposo.

Para estos diversos usos, se puede utilizar la planta fresca o seca. En este último caso, las hojas suelen recogerse antes de la parición de la inflorescencia y se secan en lugares frescos y de sombra; las raíces al final del verano o en otoño y una vez lavadas y cortadas en pequeños trozos se secan al sol o en el horno templado.

En algunas zonas, al igual que el gordolobo o el ciclamen, por su acción ictiotóxica, se empleaba para pescar, picando la planta en el agua del río. Está práctica está actualmente prohibida.

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