El emérito advierte de que la monarquía todavía es “frágil”

DECLARACIÓN REAL

En sus Memorias confía “su destino” en manos de su hijo Felipe VI y su nieta, la princesa Leonor

El rey Juan Carlos durante la entrega de trofeos de la regata Turismo de Galicia.
El rey Juan Carlos durante la entrega de trofeos de la regata Turismo de Galicia.

El rey emérito Juan Carlos I advirtió en sus memorias de que la monarquía española sigue siendo “frágil” y objeto de ataques, aunque aseguró confiar plenamente en el futuro de la institución en manos de su hijo Felipe VI y de su nieta, la princesa Leonor, “extremadamente bien preparada”.

“España no es automáticamente monárquica”, escribió en Reconciliación, el libro que firmó junto a Laurence Debray y que publica este 5 de noviembre la editorial francesa Stock. Según explicó, “le corresponde al rey modelarla todos los días” porque la monarquía española “no reposa sobre siglos de tradiciones y usos que la sustenten y la justifiquen” ni tenía “una base afectiva o una solidez simbólicas comparables” a otras casas reales europeas.

Juan Carlos I reconoció que “es más reciente y frágil, pero igualmente preciosa” y denunció que se enfrentaba “a ataques frontales de ciertos partidos políticos”. Aseguró que haría todo lo posible “para que el rey Felipe triunfara al frente de nuestra institución, y que su hija, la princesa Leonor, extremadamente bien preparada, le sucediera a su debido momento”.

Sobre su abdicación en 2014, explicó que el entonces príncipe “estaba más que preparado para tomar el relevo”. Dijo que “había llegado el momento de que Felipe cogiera el timón” porque él ya no tenía “la fuerza física para asumir esta carga agotadora”. La decisión la “maduró durante bastante tiempo” sin contárselo a nadie y, una vez tomada, “fue irrevocable”.

“Algunos intentaron disuadirme pero estaba íntimamente convencido de actuar en el mejor interés del país”, señaló. Consideró que “la España que dejaba, pese a sus sinsabores coyunturales, no tenía nada que ver con la España que había heredado en 1975”.

También recordó el golpe del 23F y relató que pidió a la reina Sofía que llevara al joven Felipe a su lado: “Su instrucción de futuro rey comenzó ese día”. Afirmó que quería que su hijo “viera con sus propios ojos” que “a veces todo puede dar un vuelco en unos segundos, incluso la corona”. Según contó, cuando el príncipe le preguntó “papá, ¿qué pasa?”, él respondió: “La corona está en el aire. No sé de qué lado va a caer”.

En otro fragmento, describió su papel como jefe del Estado: “La Constitución limita el poder del rey pero la corona hace mucho más de lo que parece… era como un mensajero especial sobre las cuestiones espinosas, el último bombero en caso de incendio”.

También repasó su relación con los presidentes del Gobierno con los que trabajó, desde Adolfo Suárez hasta Mariano Rajoy. “Cada uno tenía su personalidad y su estilo”, apuntó, y subrayó que, pese a lo que se dijo, mantuvo “una relación fluida y personal, de toda confianza” con todos ellos.

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