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Día Internacional del Juego
Este 11 de junio, España y el mundo entero celebra por primera vez el Día Internacional del Juego oficialmente reconocido por las Naciones Unidas en 2024 con el objetivo de reivindicar el juego como un derecho fundamental de los niños y niñas, reconociendo de esta manera el valor esencial de esta actividad en el desarrollo infantil.
El juego tiene un papel fundamental en el desarrollo cognitivo y emocional de los niños, ya que estimula la creatividad, la imaginación y la capacidad de resolver problemas.
Además, facilita la expresión de emociones y la adquisición de habilidades sociales, ayudando a construir relaciones y potenciar la autoestima. También es una vía natural y divertida para el aprendizaje, donde los niños adquieren conocimientos y competencias que les serán útiles en su vida diaria.
Tras esta campaña global exitosa del año pasado que defendía el objetivo de los niños a jugar, en un momento en el que el ocio infantil cada vez está más dominado por las pantallas y la tecnología, estos son algunos juegos populares gallegos que fueron pasando de generación en generación que promueven la actividad física entre los más pequeños:
Este es uno de los juegos con mayor tradición de la comunidad gallega que antiguamente ya practicaban en las civilizaciones egipcias, greigas y romanas, eso sí, de una manera diferente. Principalmente se trata de puntería y fuerza, consiste en tener que golpear con una pelota una serie de bolos colocados en fila y lanzarlos lo más lejos posible. Una actividad ideal para practicar tanto en equipo como por solitario.
Un juego conocido en el resto de España como "la peonza" o "el trompo", ideal para enseñar a las nuevas generaciones. Consiste en lanzar una pieza, generalmente de madera, que se hace girar enrollando una cuerda a su alrededor. Una práctica que desarrolla la coordinación y paciencia de los niños que conectará a los más pequeños con sus figuras de apego.
Un juego tradicional originario de Ourense que se practica sobre tierra que consiste en lanzar bolas de madera e intentar introducirlas en un hoyo denominado "burata". En sus inicios, se jugaba con unas formaciones redondeadas que aparecían en los robles, llamadas "bugallos" en gallego. Con el tiempo, estas fueron sustituidas por bolas de madera, aunque el espíritu del juego todavía perdura por seguir en contacto con la naturaleza.
Este clásico juego tradicional consiste en el lanzamiento de fichas, que antiguamente se utilizaban piedras planas, para introducirlas desde distintas distancias en la boca de una rana metálica. Una actividad ideal para disfrutar al aire libre y estar en contacto con la naturaleza poniendo a prueba la precisión del jugador.
Por último, bastante parecido al anterior, este es un juego tradicional que consiste en el lanzamiento de piezas metálicas para derrivar una llave, que fomenta la concentración y destreza de todo aquel que lo practica.
Estas actividades ofrecen una oportunidad para reconectar con la naturaleza, con la cultura y con el propio cuerpo, promoviendo el movimiento, la creatividad y las relaciones humanas.
El Día Internacional del Juego se convierte así en una llamada a las familias, centros educativos y comunidades para que dediquen tiempo a jugar con los niños de forma activa y tradicional, favoreciendo un equilibrio saludable entre la tecnología y las experiencias reales.
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