CRÓNICAS DE AGORA E SEMPRE
Masón, pintor e viñateiro en Vimieiros
Director del Instituto Cervantes
Se cumplen ahora 34 años del su nacimiento de una institución que se concibió para dar respuesta a la necesidad estratégica de dar coherencia a la acción exterior del Estado español en lo referido a la enseñanza de nuestro idioma, y las promoción de la cultura española, como establece su Ley fundacional. Con su director, Luis García Montero, hablamos de lo que ha sido, es, y aspira a ser el Instituto Cervantes.
Pregunta.¿Cree que en estos 34 años de historia, el Instituto Cervantes ha cumplido con parte de sus objetivos?
Respuesta.Creo que sí. Nosotros solemos decir que estamos orgullosos de nuestro trabajo, pero sin autocomplacencia. O sea que reconocer las cosas que se han hecho no debe cerrar los ojos para mirar hacia lo que queda por hacer y lo que queda por mejorar, en lo que se refiere pues a trabajo, pero también a presupuestos, y la implicación política de la sociedad, pero me parece que desde su Ley fundacional, que dejaba muy clara la tarea, divulgar la cultura española y la cultura en español, es decir, divulgar y enseñar las lenguas de España, el catalán, el euskera, el gallego, y el español, claro, y cuando se dice la cultura en español, tomar conciencia de que formamos parte de una comunidad internacional de muchos países que tienen el español como lengua materna, y que debemos, con nuestro trabajo, colaborar con todos estos países. Yo creo que esa tarea fundamental siempre ha estado muy clara a lo largo de los años y de los compromisos del Instituto Cervantes.
P.¿Y cuál debería ser su evolución, teniendo en cuenta ya el camino recorrido?
R.Bueno… en primer lugar yo creo que sería estupendo ir acercándonos, por ejemplo, a los presupuestos que tienen otras entidades hermanas. El Cervantes es muy joven, porque la Alianza Francesa se fundó a finales del XIX, el British a principios del XX, el Goethe en los años 50… El Cervantes es del 91. Poco a poco se han ido abriendo Centros. Ahora estamos presentes con 80 Centros y extensiones y aulas en más de 100 ciudades del mundo, y estaría muy bien que dentro de los programas culturales y de la inversión en cultura, se acercasen en los presupuestos que España le dedica a la enseñanza y a la divulgación de la cultura a las inversiones que hacen, por ejemplo, Francia o Alemania.
P.Precisamente la creación del Instituto Cervantes tuvo su inspiración en esas grandes instituciones a las que hace referencia. Presupuestariamente estamos todavía alejados, pero… ¿en qué otros aspectos cree que podemos estar acercándonos al nivel de esas grandes entidades?
R.Hay una cosa que me parece muy importante: no olvidar que el español es la segunda lengua del mundo en hablantes nativos, después del chino mandarín, y una de las lenguas culturales internacionales de más peso. Yo creo que esto nos invita a reflexionar sobre el papel del español, y sobre el papel que la lengua juega en las ilusiones políticas, culturales y sociales de España en sus relaciones internacionales. A mi me parece fundamental, por ejemplo, tomar conciencia de que el prestigio del español no es solo por la demografía del número de hablantes, 500 millones de hablantes nativos, es un prestigio que tiene que ver con la cultura, es la lengua de Cervantes. Pero ahora eso ya no basta. Tenemos que hacer del español una lengua que también participe en la investigación científica y en la transformación tecnológica. Y eso es uno de los caminos que debemos transitar.
R.Y a partir de ahí comprender la importancia que tiene el español en las relaciones internacionales, por ejemplo, en el papel que puede jugar España entre Europa y Latinoamérica. O, por ejemplo, lo que significa como asunto cultural, como asunto de identidad, sentirnos partícipes de una comunidad como la hispana. Ahora, por desgracias, hay un presidente en los Estados Unidos que está despreciando al español, que quiere poner en “guerra” el español con el inglés, que incluso acusa con bulos a los hispanos de ser monstruos, de ser violadores en potencia, y creo que es muy importante también enorgullecernos de nuestra historia compartida, para defender con firmeza cuál es una manera de entender el mundo que no pasa por los desprecios ni por las hegemonías autoritarias, sino por el respeto a la diversidad, que es lo que está en el fondo de la cultura democrática.
P.Recientemente, usted se refería en Nueva York a los retos de nuestro idioma en la comunidad hispanohablante de Estados Unidos. No fue casual, ése encuentro, en el que participaron hispanistas, académicos, escritores, hasta el Rey de España, se produjo después de la eliminación del español de la web de la Casa Blanca ¿Cuáles diría que son los retos del español en un contexto tan complejo como el de Estados Unidos?
R.En el caso de Estados Unidos yo creo que debemos tener claras algunas cosas, que tienen que ver con nuestro trabajo, pero con la cultura en general. En primer lugar, no olvidemos que el bilingüismo es una riqueza. Todo aquel que quiere enfrentar idiomas está defendiendo unas identidades cerradas, de manera poco justificada. Qué bien que en España se estudie inglés, y qué bien que el Instituto Cervantes se dedique a enseñar español en muchos países del mundo, el español como segunda lengua. En segundo lugar, además de que el bilingüismo es una riqueza, no es ningún problema, es que más de 60 millones de norteamericanos tienen el español como lengua materna, bien por procesos de migración propios, o porque es una lengua heredada en segunda o tercera generación.
R.Además, esto no es raro en un país que en el Siglo XIX había territorios que hablaban español, y que tenían unas relaciones culturales muy claras con México. Estoy pensando en Tejas… estoy pensando en California. Y eso es una cosa de hace poco tiempo desde la perspectiva histórica. Por los estudios que nosotros tenemos, la gente que conserva el español en Estados Unidos habla muy bien inglés, y lo que es una tristeza es generar una situación de miedo para que los padres intenten que sus hijos no aprendan español, o se les borre la memoria en español porque se les amenaza o se les condena a no triunfar si, aparte del inglés, mantienen el español.
P.¿Y qué se puede hacer…?
R.Pues defender el español como una lengua de prestigio internacional, comprender la fuerza que tiene el español en Latinoamérica como lengua de tantos países, la repercusión económica que tiene eso. Porque hay muchos países en el mundo interesados en invertir y en trabajar con España y con Latinoamérica, reivindicar las posibilidades culturales del español, lo que está significando la música, lo que está significando la televisión y el cine, y reivindicar que defendemos una cultura basada en la diversidad, y que es muy peligroso buscar identidades cerradas, y meter a las lenguas en las polémicas y en los debates políticos.
P.Los que hemos crecido hablando lenguas que ni siquiera son cooficiales - como el asturianu - y hemos visto cómo se han ido perdiendo, sentimos, además de frustración, una pérdida irreparable, pero también patrimonial y de identidad....
R.Claro… Y quien ofende a una lengua materna, ofende en lo más íntimo a una persona. La lengua en la que hemos aprendido a decir te quiero, o tengo frío, forma parte de nosotras, de nosotros, y ofender a una lengua en ese sentido es ofender a las personas. Yo creo que el sentido común es lo más provechoso.
R.Los estudios filológicos han demostrado que, por ejemplo, que aprender en español no entorpece el aprendizaje del inglés, o aprender francés o inglés no entorpece el aprendizaje del español, sino que se trata de una sabiduría que enriquece en el idioma, y en ese sentido vamos a ser sensatos. Usted me pone un ejemplo como es el de España, y eso me ayuda a mi a pensar en el español en los Estados Unidos. ¡Qué torpeza sería meterse con el inglés, un idioma que abre tantas posibilidades, y decir… los que hablan español que no aprendan el inglés…! Es una torpeza. Como es una torpeza, en territorios bilingües de España, olvidarse de que el español es la segunda lengua del mundo en hablantes nativos, con 500 millones, y que nos relaciona con millones de personas a través de los kilómetros.
R.Disfrutemos de un tesoro como el español, pero que al mismo tiempo ese tesoro no sea un enemigo contra las otras lenguas. Y es muy importante saber distinguir entre lo que es una lengua mayoritaria, con muchos hablantes, y una lengua hegemónica. Porque la lengua que quiere ser hegemónica desprecia a las minoritarias, y nuestra tarea cultural debe tener un sentido contrario. Debe ser tomar conciencia de lo que supone una lengua mayoritaria, y al mismo tiempo trabajar para que las lenguas menos habladas no desaparezcan, porque así desaparece una manera de mirar el mundo, una manera de relacionarse con la propia identidad, con la propia cultura, yeso está muy claro que España tiene que apostar por el español en su dimensión internacional, tiene que respetar la riqueza de los territorios bilingües, donde están las lenguas oficiales, el catalán, el euskera, el gallego, y al mismo tiempo ver de estudiar otros territorios donde no se ha declarado una lengua materna como oficial, pero que forma parte de una tradición y una cultura que no conviene dejar que desaparezca.
P.Además de la promoción de la lengua española, el gran trabajo del Cervantes es la cultura ¿Cómo está contribuyendo el Instituto a la promoción de la cultura hispana en el ámbito internacional?
R.Pues es una de las tareas fundamentales del Instituto Cervantes, porque una lengua es mucho más que un vocabulario. Una lengua es una manera de ver la historia. Una manera de pensar la realidad. Una lengua es un conjunto de valores. Por eso la enseñanza del idioma para el Cervantes es inseparable del trabajo por cultura en las lenguas españolas y en español. Hay una Dirección de Cultura que tiene una tarea fundamental a la hora de preparar en los Centros, por ejemplo, actos que tienen que ver con la literatura en español, el apoyar las traducciones que de los libros españoles se hacen en las lenguas del mundo, llevar a los escritores y escritoras en el mundo, colaborar en todo tipo de festividades para hacer posible España, y eso tiene que ver también con la música, con los ciclos de cine, con las exposiciones y con la ciencia.
R.Una de nuestras tareas es contactar con las asociaciones de españoles en el exterior, de científicos en el exterior, de familias en el exterior… para que sientan el Instituto Cervantes como una parte de su casa y de su realidad; por ejemplo los jóvenes que han salido a trabajar en Europa, y que forman parte de la investigación científica que se da en Europa, que sepan que hay una asociación de jóvenes científicos españoles en el exterior, y que el Cervantes está a su servicio para ayudarles a organizar cosas o, en otro sentido, hay muchos desplazados españoles, por trabajo, por estudios, por distintos motivos, también mucho latinoamericano que trabaja en ciudades de Europa, de Estados Unidos o de Asia, pues hacer posible cursos, desde la infancia, para que el español como lengua de herencia se mantenga, y para que los niños y las niñas se acostumbren a jugar en español, a hablar en español, a sentir en español como algo suyo, pues esa es otra de las tareas del Cervantes, que en esos momentos se convierte en “Cervantito” para mantener la lengua de herencia de los niños. Es un compromiso fundamental cuando se trabaja en el exterior.
P.El Instituto y la diáspora española están íntimamente relacionadas. También hay una convivencia estrecha con las embajadas, los consulados, con los consejos de residentes. A veces es física, como en el el caso de París ¿Cuál va a ser el futuro del Cervantes a largo plazo en la capital francesa?
R.El Cervantes de París fue uno de los primeros Cervantes que se abrieron a partir de la fundación del Instituto, y el Cervantes heredó lo que era la Casa de España en París, que está en la calle Quentin Bauchart, muy en el centro de París, y después un local que pertenecía a la embajada, la Casa Marceau, se aprovechó para poner allí algún despacho de dirección y la biblioteca. El Instituto Cervantes tiene la suerte de que en París tenía otro gran edificio, muy cerca de la Avenue Marceau. A veces, por ejemplo, cuando ha habido recortes en los presupuestos, y se rebajó hace unos años, en el 2010, 2011, en casi un 40% el presupuesto del Instituto Cervantes, porque se rebajó mucho el presupuesto de cultura, pues hubo que vender edificios en propiedad para mantener los gastos de infraestructura, los normales, las plantillas, y se vendió el edificio de Bruselas, el edificio de Tel Aviv, el edificio de Londres… y era un problema, porque entonces en esas ciudades había que buscar rápidamente otro edificio.
R.En París tenemos la suerte de que Quentin Bauchart es un gran edificio en el que trabajamos. A partir de ahí, nosotros en ese sentido respetamos las decisiones que tome quien tenga que tomar. El de Avenue Marceau era un edificio de Patrimonio Nacional, que pertenecía al Gobierno de España, y nosotros estábamos allí cedidos. Cuando ha habido un ejercicio de Memoria Histórica, y se ha decidido que ese edificio había sido incautado por el franquismo, y que en realidad pertenecía al Gobierno vasco, o al PNV, pues nada: acatamos la decisión. Nosotros no entramos en ella. Acatamos la decisión, y que lo resuelva la autoridad competente, los propietarios competentes, pero no con mucha angustia, porque tenemos otro edificio en el que ya estamos trabajando desde los orígenes del Cervantes, y porque podemos reorganizar sin muchos problemas nuestra presencia allí.
R.En Francia, aparte de París, tenemos presencia en Lyon, en Tolouse, y en Burdeos, y nuestro compromiso es apoyar mucho la cultura española y el español como lengua de herencia. Es verdad que ya en Francia el español suele formar parte de la enseñanza reglada, en los colegios, en los institutos, pero en todo lo que significa formación de profesores, certificación del conocimiento del español y, sobre todo, lo que es la defensa de la cultura en español en Francia es una de nuestras tareas prioritarias. Esta decisión, la de Avenue Marceau, en el corto plazo se ha podido solucionar contando con las otras infraestructuras que tenía ya el Cervantes en Francia.
P.La próxima semana la sede central del Instituo Cervantes en Madrid, en la calle Alcalá, va a acoger por primera vez la celebración de un Pleno del Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior (CGCEE) , donde se escuchan las voces de los más de 3 millones españoles en el mundo ¿Contentos?
R.Si, claro, por supuesto. Estamos muy contentos. En el Patronato del Instituto Cervantes está el Ministerio de Cultura, el Ministerio de Educación y el Ministerio de Exteriores. Nosotros colaboramos con todos los Ministerios, pero nuestra acción tiene que ver más con el Ministerio de Exteriores, porque nuestra acción es en el exterior, y como usted decía, el diálogo con las embajadas, el diálogo diplomático, es fundamental.
R.Y somos muy conscientes de lo que significa la ciudadanía española en el exterior, que no es solo un asunto de pasaporte, sino que es un asunto de arraigo, de permanencia, de futuro, de dignidad de la vida y de la convivencia, y somos felices de poder reunir aquí, en la cúpula de la sede central este Pleno del C Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior, y nos parece muy importante además que venga a él la ministra de Inclusión, porque se trata de eso, de trabajar por la cultura española, que no es otra cosa que trabajar por la gente que habla español, y que vive en el exterior de España.
P.La conocida como Ley de Nietos, está permitiendo a los descendientes de los españoles en el exterior - que habían quedado excluidos de legislaciones anteriories -, y con quienes teníamos una deuda, acceder a la nacionalidad española. Lo que, como mínimo, va a suponer un millón de españoles más...
R.Sí… sí… El Cervantes está muy implicado, porque para obtener la ciudadanía española hay que certificar el conocimiento del idioma, y nosotros estamos trabajando mucho en los exámenes de certificación. Es un asunto que me parece importante porque une la historia, en el pasado y en el futuro. De una parte el poder recibir a los españoles que nacieron fuera, por problemas del exilio, que tienen carta de naturaleza de españoles, es muy importante, y esas antiguas historias de expulsiones, de exilio, conviven hoy con una realidad, que es el mundo globalizado, donde ha muchos jóvenes, muchos chicos, muchas chicas, que se desplazan para estudiar, para investigar, para reorganizar la vida fuera de España.
R.Por ejemplo, en el último estudio que hicimos, el Observatorio de Zurich, indicaba que hay tantos hablantes de español en Europa fuera de España que dentro. Bueno… Pues ese mundo de la globalización y de la modernidad sirve para tomar conciencia también de lo que significó el desarraigo de una época en la que la gente tuvo que salir de España, y está muy bien que sus descendientes tengan el derecho a sentirse españoles.
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