La mortalidad baja en todo el mundo, salvo entre los jóvenes
TASA CON TENDENCIA DESCENDENTE
Los resultados indican que, pese al envejecimiento, la tasa por edad se redujo un 67% desde 1950
La mortalidad mundial sigue una tendencia descendente en casi todos los grupos de edad, excepto entre los jóvenes y adultos jóvenes, según el último informe del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME) de la Universidad de Washington. El estudio, publicado en The Lancet y presentado en la Cumbre Mundial de la Salud en Berlín, forma parte del proyecto sobre la Carga Global de Enfermedad (GBD), el análisis más completo hasta la fecha sobre la evolución de la salud global entre 1990 y 2023.
El equipo del doctor Christopher Murray, director del IHME, analizó datos de 204 países y territorios y más de 16.000 investigadores. Los resultados indican que, pese al envejecimiento de la población, la tasa mundial de mortalidad ajustada por edad se redujo un 67% desde 1950, y la esperanza de vida global volvió a los niveles anteriores a la pandemia: 76,3 años en mujeres y 71,5 en hombres.
Sin embargo, el estudio alerta de un fenómeno preocupante: el aumento de muertes entre adolescentes y adultos jóvenes. En América del Norte con altos ingresos, las muertes en personas de entre 20 y 39 años crecieron entre 2011 y 2023, impulsadas por el suicidio, la sobredosis de drogas y el consumo de alcohol. También subieron las muertes entre los grupos de 5 a 19 años en Europa del Este, América del Norte y el Caribe.
Por el contrario, la mortalidad infantil registró el mayor descenso. En Asia Oriental, la tasa en menores de cinco años cayó un 68% entre 2011 y 2023, gracias a mejoras en la nutrición, las vacunas y los sistemas de salud.
Las enfermedades no transmisibles (ENT), como la cardiopatía isquémica, el ictus y la diabetes, son responsables de casi dos tercios de las muertes y discapacidades. En 2023, la covid-19 cayó al vigésimo puesto entre las causas de muerte, mientras que las ENT recuperaron los primeros lugares.
“Modificar los riesgos”
El informe advierte de un aumento progresivo de las enfermedades crónicas en los países de ingresos bajos. El doctor Christopher Murray subrayó que casi la mitad de las muertes y discapacidades podrían prevenirse modificando algunos de los principales factores de riesgo, como la reducción de niveles altos de azúcar en sangre y del índice de masa corporal. Señaló además que mejorar la educación sobre salud y el acceso a servicios médicos básicos puede reducir significativamente estos riesgos.
La edad media de muerte aumentó de 46,4 años en 1990 a 62,9 en 2023, aunque las desigualdades siguen siendo profundas: en los países ricos, las mujeres mueren a los 80,5 años y los hombres a 74,4, mientras que en África subsahariana las cifras bajan a 37,1 y 34,8 años, respectivamente. Esto evidencia que el progreso sanitario global no se distribuye de manera equitativa y que las políticas locales son clave para cerrar la brecha.
El informe concluye que el progreso en salud mundial es notable, pero advierte de que las enfermedades crónicas, los desequilibrios socioeconómicos y el acceso desigual a la atención médica siguen siendo los principales desafíos para las próximas décadas.
Crecen notablemente los trastornos de la salud mental
Entre 1990 y 2023, la tasa estandarizada por edad de años de vida ajustados por discapacidad (AVAD) se redujo un 36%, y entre 2010 y 2023, las AVAD por enfermedades transmisibles, maternas, neonatales y nutricionales (CMNN) disminuyeron casi un 26%.
Casi la mitad de la mortalidad y morbilidad mundial en 2023 se atribuyó a 88 factores de riesgo modificables. Los 10 principales fueron: hipertensión arterial sistólica, contaminación por partículas en suspensión, tabaquismo, glucemia alta, bajo peso al nacer y gestación corta, IMC alto, colesterol LDL alto, disfunción renal, retraso del crecimiento infantil y exposición al plomo.
Entre 2010 y 2023, las AVAD aumentaron para IMC alto (+11%), consumo de drogas (+9%) y glucemia alta (+6%). La exposición al plomo, aunque disminuida por la eliminación en combustibles, sigue presente en pinturas, suelos, agua, especias y utensilios de cocina, y se relaciona con enfermedades cardiovasculares.
Los riesgos sensibles al clima, como contaminación y calor, continúan aumentando su impacto. Los trastornos de salud mental crecieron: los de ansiedad aumentaron un 63% y los depresivos un 26%, y la violencia de pareja y el abuso sexual contribuyen de forma prevenible a estas afecciones.
Entre los menores de 5 años, los principales riesgos fueron desnutrición infantil y materna, contaminación y falta de agua y saneamiento seguros. En niños y adolescentes de 5 a 14 años, predominó la deficiencia de hierro, seguida de desnutrición y falta de WaSH.
Entre los adultos de 15 a 49 años, los mayores riesgos fueron prácticas sexuales de riesgo y accidentes laborales, seguidos de IMC alto, presión arterial alta y tabaquismo.
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