San Xoán y Chandrexa alcanzan la inmunidad de grupo: “Sabendo isto, agora xa respiramos”

Menos población y más envejecida son claramente los dos componentes que hacen que seis concellos ourensanos sean los únicos de Galicia que hayan alcanzado ya la inmunidad de rebaño. Los vecinos se muestran esperanzados en que todo siga bien, pero no dejan de ser cautelosos y mirar con recelo qué pasará en verano.

La alegría se percibe entre los vecinos de los concellos con inmunidad de rebaño, pero reina aún la precaución

Dario Álvarez López, vecino de San Xoán de Río, muestra su alegría por el alto índice de vacunados mientras recuerda los primeros momentos de confinamiento, “una dura época” que invita a seguir siendo precavido, dado que como es su caso, está a la espera de la segunda dosis: “Agora estamos máis ou menos tranquilos, pero no verán veñen moitos turistas e debemos manter as precaucións, pois non sabemos o que pode pasar”. En este pequeño municipio del macizo central ourensán, los vecinos, manteniendo las medidas de seguridad, ya se juntan sin miedo en el bar del pueblo a echar la partida, eso sí, cada grupo tiene su propia baraja.

El alcalde de San Xoán de Río, Xosé Miguel Pérez Blecua, recuerda como “en decembro, sumando as reunións das matanzas e os festexos de Nadal, chegamos a ser un dos concellos coa incidencia acumulada máis alta e con falecidos, pero dende que comezou a vacinación a cousa foi remitindo traéndonos seguridade”. Esta inmunidad hace que el alcalde se reafirme en que ”afrontamos a época estival con máis tranquilidade, o risco é mínimo”, esperando la llegada de turistas.

Los vecinos de Chandrexa, Pepe y Clara.

CONFIANZA

Limítrofe a San Xoán de Río, otro concello del macizo central ourensán como Chandrexa de Queixa cuenta ya también con la inmunidad de rebaño. Este municipio lleva siendo desde los principios de la pandemia de los más seguros, esquivando todas las olas que se fueron sucediendo.

Una excelente noticia que da aliento a los vecinos, como se refleja en José Pérez y Clara Diéguez, quienes después de recibir la vacuna vieron más cerca la posibilidad de abrazar sin riesgo a sus hijos y nieto. Este matrimonio vive en Acevedo, una aldea del municipio en la que solamente conviven 12 personas, acostumbrado a respirar a tranquilidad. Sin embargo, la pandemia les truncó su día a día, que ahora empiezan a recuperar. “Agora xa, sabendo que estamos todos inmunizados, respiramos” afirman José y Clara, de 80 y 79 años, después de unos meses muy duros en los que no pudieron ver a sus hijos y nietos.

SEGURIDAD

En Celeiros, otra aldea de Chandrexa de Queixa, Chabeli Fernández Vasallo regenta el Bar Cardiego, conocido en la zona como Chabeli´s Beach. Ella recibe a mucha gente durante toda la época estival ya que su local está a pie de embalse y además son numerosos los eventos que tiene reservados para este verano, por lo que el avance de la vacunación es una excelente noticia. “Eu estou contenta con esta nova, ver que a nosa xente xa está casi toda vacinada, pero non debemos baixar a garda. Eu no meu local non só atendo á xente de Chandrexa sençón de toda a comarca, así que todo será aínda máis seguro cando sexamos máis os que contemos coa inmunidade”.

Reconoce que este año ya hay muchas más celebraciones, que la gente se anima más a salir, lo nota en que está trabajando más, pero siempre está presente el miedo a una nueva ola, sobre todo viendo los datos que salen últimamente en los ayuntamientos más grandes. “Non só teño medo polos meus veciños de Queixa, senón polos concellos veciños, temos que mirar o que nos rodea. Está claro que vivimos con máis tranquilidade, pero tamén con inquietude a pesar de ter a sorte de levar unha pandemia sen picos de contaxios”, apunta.

CONCIENCIACIÓN

La vida en el rural hace que esto se viva de manera distinta, más aún si cabe cuando la mitad de la población supera los 65 años de edad. De esta forma, los vecinos del macizo central ourensano se sienten un lugar muy seguro. Pese a todo, la gerente de este local de hostelería recuerda la importancia de respetar las normas y no relajarse tan fácilmente. Explica que por lo general la gente que pasa por su local para comer o tomar algo está realmente concienciada y guardan las medidas, pero al mismo tiempo explica que “a xente ten moitas ganas de festa e ás veces baixa a garda pronto, e debemos ter coidado con iso. Que a vacina non nos dea tanta tranquilidade e sexamos responsables”. La necesaria cuatela mientras la pandemia se prolonga no evita, sin embargo, que los vecinos de estos concellos con más de un 70% de población inmunizada sepan que cuentan con un escudo clave para derrotar al bicho.