Los castaños atlánticos, más resilientes al cambio climático

SECTOR DE LA CASTAÑA

Un estudio de expertos universitarios los señala como más resistentes que los mediterráneos

Castaños en un soto del rural de O Barco de Valdeorras.
Castaños en un soto del rural de O Barco de Valdeorras.

Los efectos del cambio climático preocupan en el sector de la castaña, y no solo entre los productores. También los investigadores advierten de las consecuencias que acarreará para un fruto cuya producción gallega se sitúa en torno a los 20 millones de kilos, de los que 4 corresponderían al oriente provincial. El trabajo realizado por expertos de las universidades de Oviedo, Santiago de Compostela y Granada, el Instituto Mixto de Investigación en Biodiversidad (Universidad de Oviedo, CSIC y Principado de Asturias) y la Fundación Oso Pardo evaluó diferentes escenarios del hábitat del castaño, hasta el año 2100. Sus resultados apuntan una tendencia a una menor idoneidad, con pérdidas más pronunciadas en las regiones mediterráneas y una mayor resiliencia en las atlánticas, aconsejando estrategias de mitigación para conservar la especie y promover su sostenibiidad, según dio a conocer recientemente la Universidad de Oviedo.

El profesor del Departamento de Biología de Organismos y Sistemas de la Universidad de Oviedo, Pedro Álvarez Álvarez, vinculó el hábitat idóneo del castaño con precipitaciones anuales superiores a 800 litros por metro cuadrado y temperaturas medias que oscilan entre 10 y 15 grados. Estas características se dan principalmente en las regiones atlánticas, que “muestran una mayor resiliencia frente al cambio climático”, aunque el castaño podría verse afectado por la competencia con otras especies más adaptadas a las nuevas condiciones, explicó. Seguidamente añadió: “Estimamos que el castaño experimentará un desplazamiento altitudinal de unos 60 metros de media”.

El estudio, que fue publicado en la revista “Frontiers in Forests and Global Change”, aconseja la selección genética de las variedades más resistentes a la sequía y a temperaturas extremas, el manejo eficiente del agua en plantaciones agroforestales y la restauración de ecosistemas forestales degradados.

Los autores del informe consideran que el declive de este árbol podría ocasionar cambios en la composición de los bosques y la disponibilidad de hábitats para diferentes especies, afectando a flora y fauna dependiente de ellos.

La solución pasa por regar los sotos

El presidente de la Indicación Xeográfica Protexida Castaña de Galicia es rotundo al afirmar que el cambio climático “estase notando nos últimos anos que fai moito máis calor en setembro e outubro. Tamén que chove menos na primaveira e no verán, que tamén inflúe na produción”. Xesús Quintá explicó que el castaño se está dando en todo el territorio, si bien los sotos ubicados al nivel del mar no son los óptimos y que “debido a falla de frío e polo clima vai un pouco cara arriba. É lóxico”. Comentó que al aumentar la temperatura, el árbol “sufre máis pois é de clima templado”.

Ya en referencia a los métodos para afrontar los efectos del cambio climático, todos apuntan al regadío. “Para nós é fundamental o riego e levamos tempo reclamando ás administracións que nos boten unha man para que as novas plantacións e moitas das actuais poidan ser regadas porque é a única forma de supervivencia”, dijo Quintá, aludiendo al elevado coste del acceso al agua en Galicia.

El presidente de la IXP aprovechó para insistir en el problema del envejecimiento de la poblacíón del rural y el abandono de los sotos, circunstancia que dificulta la atención a los mercados y obliga a recurrir al fruto de otras comunidades y países.

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