El jabalí daña las viñas al arder su alimento del monte

Los viticultores afrontan un año complicado, no solo por los daños causados por el fuego en las viñas, o por los efectos de las altas temperaturas y la sequía en las cepas, que pueden reducir en hasta un 25 % la próxima cosecha; además, está el aumento de la presencia de los jabalís en los viñedos. No es la primera vez que estos animales causan daños al llevarse las uvas, pero en campañas anteriores no se veían hasta que la fruta estaba madura, una circunstancia que no se está dando estos días.

“Non é un problema deste ano, pero agora é maior”, comentó el presidente del Consello Regulador de la Denominación de Orixe, José Luis García Pando. Explicó que “non é porque non teñan comida, é que agora quedan concentrados en poucos sitios e van ás viñas que están nos lados. Non están espallados, están concentrados onde queda algo de monte”.

La Adega O Cepado está entre las que tuvieron que adelantar la colocación de unos cierres que otros años no eran montados en tanto las uvas no estuvieran maduras. “Fai un par de semanas vimos ó xabarín nun viñedo”, comenta, Diego Fernández. Coincidió en apuntar que los jabalís no hacían acto de presencia hasta que las uvas estaban maduras, unos hechos que se adelantaron este año. “Ao non haber monte, buscan a comida. Ardeu moita zona de castaño”, comentó. Esta presencia de los jabalís en las zonas de cultivo puede apreciarse incluso sin tener que abandonar las calles de O Barco de Valdeorras. Aquí ya empieza a oírse el sonido de los disparos del ahuyentador de animales, también denominado “estoupón”.

Los productores de uvas se ven seriamente afectados por la acción de los jabalís, pero no son los únicos, también los agricultores son víctimas de sus ataques. Lo comentó Pedro Rodríguez, de la asociación Agrogandeira do Macizo Central (Agromacen). “O xabarín está entrando nos pobos e ata come as remolachas”, explicó. A su vez, fuentes vecinales de Éntoma aseguraron que hay pequeños cultivos que se abandonaron a raíz de los daños de esta especie.

Los disparos de los llamados “estoupones” no es el único método que utilizan los agricultores para asustar al jabalí de sus fincas. Hay otras muchas prácticas utilizadas por los productores con esta misma finalidad. En este sentido, pueden apuntarse desde la colocación de bolas de alcanfor hasta de pelo humano, pasando por cajas de pescado o un líquido ahuyentador, ntre otras acciones.

Sin embargo, para la gran mayoría de los productores, estos métodos no son una solución para el problema del jabalí. “O xabarín necesita comida e ao arder o monte ten que baixar a buscala”, comentó Pedro Rodríguez. El presidente de Agromacen, colectivo que aglutina a aproximadamente 400 productores, asegura que “non podemos sustentar unhas cabañas como a do lobo e do xabarín”.

Pedro Rodríguez puso sobre la mesa iniciativas que tomaron otros países, como Alemania o Austria, para resolver el problema. Dijo que en ambos casos recurrieron al ejército para controlar el número de ejemplares de especies de depredadores, seguidamente apuntó que, con independencia de que sea este u otro el método elegido, “hai que controlar a cabaña de animais depredadores”.