Jose Vega Martínez, guía: "Cuento el santuario siempre desde lo que yo he vivido y con cariño"

Entrevista a Jose Vega Martínez, guía y custodio del santuario Nuestra Señora de las Ermitas, O Bolo

José Vega Martínez, guía del santuario de As Ermidas.
José Vega Martínez, guía del santuario de As Ermidas.

Jose Vega es un vecino de As Ermitas que nació “pegado al santuario”. Tras toda una vida dedicada al monumento, y muchos años destinados a guiar al visitante, fue nombrado el pasado sábado “guía y custodio” de As Ermitas por la diócesis de Astorga.

¿Cómo recibió la noticia?

Yo algo sabía porque me lo comunicaron antes y me alegré muchísimo. Junto con los párrocos José Antonio Crespo y Francisco Requena, el archivero de la diócesis, Miguel Ángel Gónzález, mi gran profesor, fue uno de los artífices. A Miguel Ángel yo le debo mucho porque lo que sé del santuario me lo ha contado él. Siempre que dudo de alguna cosa, le llamo. De hecho, la asignatura de Historia Sagrada fue siempre la que más me gustó cuando estudiaba en el seminario. En la actualidad, es rara la semana que no comentamos alguna cosa del santuario. Me propusieron al obispo de Astorga y al momento me contaron que dijo: hay que concederle este título a Jose Vega.

¿Qué cometidos debe realizar como custodio?

Hace muchos años que soy guía del santuario, así que ahora, a mayores, soy su guardián, su vigilante. Realmente es algo que ya hacía antes, siempre estoy pendiente, sobre todo cuando hay muchos visitantes tengo que estar al acecho, porque hay cosas que pueden robar. Ahora todavía tengo que tener más celo, pero en realidad se me ha reconocido algo que ya hacía. Es una responsabilidad muy grande.

Las Ermitas son para ti una pasión.

Nací en una casa pegada al santuario. La casa de mis abuelos está enfrente y la casa de mis padres veinte metros más arriba. Desde pequeñito me crié en el santuario. Empecé de monaguillo con cinco años con Felipe Álvarez, administrador durante 38 años, de 1928 a 1966 y también rector del santuario. Yo estaba todo el día con él, misa a la mañana, ángelus al mediodía, rosario a la noche. Le dio tiempo a explicarme muchísimas cosas del santuario. Después fui al seminario.

Y no se ordenó sacerdote, ¿le hubiese gustado?

Hoy quizás sí, pero de aquella era joven y no sabía mucho qué quería en la vida. Ahora es cierto que casi ejerzo de cura. Estoy formándome desde hace tiempo. Antes de la pandemia iba con los párrocos una vez al mes a formaciones, y ahora lo estamos retomando con formaciones permanentes cada mes en la diócesis. No permiten laicos pero para mi se pidió un permiso especial para que pueda asistir. También soy miembro del Consejo Pastoral de la UPA Virgen de las Ermitas. Me nombraron en la primera fiesta de la UPA que se celebró hace poco. Soy el representante de las cofradías de dicha UPA. Y también soy presidente de la cofradía Nuestra Señora de las Ermitas desde hace muchos años.

Los cargos y la formación pesaron para ser elegido.

Claro, es así cómo se justifica que me lo hayan concedido y, además, estoy cursando el tercer curso de la Escuela de Evangelización, lo terminaremos ahora en el mes de julio. Cada vez se ordenan menos sacerdotes y los que hay son muy mayores, esto es un intento de evangelizar y preparar a laicos para continuar con su misión.

Dicen que es el mejor custodio para este santuario.

Solo sé que cuento el santuario desde mis vivencias y con todo el cariño.

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