Ocho mil personas visitaron As Ermidas a lo largo de 2024
TURISMO EN VALDEORRAS
El número de visitas en As Ermidas descendió respecto a otros años a causa de las obras de restauración
Los trabajos realizados en los últimos meses en el santuario de Nuestra Señora de As Ermidas, en O Bolo, restaron afluencia de visitantes. Lo aseguró el guía custodio, designado por la diócesis de Astorga para el templo, José Vega Martínez. Explicó que, en los libros que maneja tiene registrados entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2024 un total de 8.100 personas, cuando algunos años antes duplicaron ese dato.
Vega Martínez comentó que la cifra es muy inferior a la de otros años “por las obras de restauración”. Estas fueron financiadas por la Xunta y acometidas por la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural, suponiendo una inversión de 469.424 euros. Los trabajos realizados en el santuario bolés incluyeron la mejora de los soportales de la casa de administración, la iglesia y la zona de las visitas públicas. Cabe recordar que fue declarado Bien de Interés Cultural por la Xunta, bajo la categoría de monumento, en 2006.
El guía custodio explicó que al templo valdeorrés llegan visitantes de todo el Estado, pero principalmente de Galicia, Barcelona, Madrid, Valencia o Andalucía. Inmediatamente, añade que también se acercan hasta este lugar turistas de muy diferentes países. Así, recuerda el paso de personas llegadas desde Mozambique, Argentina, Cuba, Brasil, Portugal o Ucrania, entre otras.
Emplazamiento
Son varios los aspectos que llaman la atención de quienes visitan el santuario. Uno que destaca poderosamente es su ubicación. Construido sobre una ladera, en la margen derecha del río Bibei, no son pocos los visitantes que son gratamente sorprendidos ante las dificultades que entrañaría levantar la construcción en un punto de complicado acceso allá por el año 1624.
José Vega también aludió a la imagen de la Virgen de As Ermidas, descubierta en el siglo XIII, aunque el origen podría remontarse varios siglos antes. Quienes acuden hasta el lugar admiran la belleza de la imagen y también del manto, confeccionado con hilo de oro. Además, llama la atención es la figura de un barco de madera suspendido sobre los visitantes y que fue donado en 1702 por un militar de las tierras zamoranas de Sanabria que se encomendó a la Virgen de As Ermidas cuando estaba a punto de morir ahogado en alta mar y que acabó salvándose.
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