Juan Tejeiro, entre Eric Clapton y Paco de Lucía

SUPLEMENTO VIDA

Hablar con Juan Teijeiro es quedarse atrapado en una vida intensa llena de anécdotas, historias, vivencias… que, a base de mucho esfuerzo, trabajo, “suerte” -como él mismo dice-, y, por supuesto, una personalidad generosa, le ha llevado a hacer grandes amigos y a ser querido por todos aquellos que lo conocen. En pleno centro de Londres regenta, a sus 87 años, London Guitar Studio, un referente para todos aquellos que buscan una guitarra clásica y por donde han pasado un sinfín de rostros conocidos, desde Eric Clapton o Jennifer López a Paco de Lucía, a lo largo de sus casi 40 años de historia. Una vida en la que ha volado alto, pero con las raíces bien firmes en su tierra, Galicia, de la que presume y promociona en cada ocasión que se le presenta. Tanto es así, que su mes de agosto en la zona de Carballiño es una cita marcada en rojo en su calendario. Con la guitarra a su lado, confiesa, nos dedica un valioso tiempo que se queda corto para descubrir a una persona única con mucho por contar.

Publicado: 30 mar 2025 - 05:15 Actualizado: 30 mar 2025 - 14:47

Juan Tejeiro
Juan Tejeiro

Para ubicar a Juan Teijeiro es preciso ubicar su tienda, London Guitar Studio, ya que abrir este negocio fue el sueño de su vida y, a día de hoy, sigue siendo una de sus principales motivaciones. Un espacio por el que han pasado desde músicos como Eric Clapton, Elton John, Ricky Martin, Jennifer López o Paco de Lucía; actores como Angelina Jolie (“encantadora y muy simpática”) o Daniel Craig “en ese momento yo no estaba en la tienda, pero me dijeron que era maravilloso”; destacados miembros de la política y monarquía, como el mismisimo secretario de la Reina Isabel II en aquel entonces, a miles de anónimos que aman el sonido más puro de la guitarra.

En el callejero londinense, Oxford Street es la calle comercial más concurrida del centro de Londres y una de las más emblemáticas. Con más de 300 tiendas y almacenes de todo tipo es el paraíso de las compras y para todos los gustos, incluyendo las de mayor renombre. Un equivalente a la Quinta Avenida de Nueva York que, en su mitad occidental, es cruzada por Duke Street. Allí, en el número 62, se levanta la primera tienda de guitarra española fundada en Londres, London Guitar Studio, y El Mundo Flamenco, el comercio de venta de artículos de flamenco más conocido de la capital inglesa. Tras el negocio está Juan Teijeiro, que hace casi 40 años, hizo su apuesta más personal abriendo el establecimiento. “Tuve mucha suerte y me salió bien”, destaca, agradeciendo de algún modo a la diosa fortuna el haber triunfado en un sector que siempre amó: la música con la guitarra clásica como bandera.

Juan Teijeiro como portada de una revista musical inglesa
Juan Teijeiro como portada de una revista musical inglesa

En la tienda, cientos de referencias de guitarras clásicas y de flamenco, para profesionales y para estudiantes, se alinean a ambos lados, esperando por unas manos que las abracen y saquen sus acordes. A ellas se les unen otros tipos de guitarras como guitarras acústicas, semi-acústicas o ukeleles, entre otras. Descender a la planta baja del establecimiento, es sumergirse en un típico patio andaluz donde se realizan diferentes conciertos. Un catálogo y una atención personalizada a cada cliente que le ha llevado a ganar cinco años consecutivos el premio que conceden la Asociación de Tiendas de Música de Londres, reconociéndola como la Mejor Tienda de Música de la ciudad, lo que pone de manifiesto su excelencia.

Pero para llegar aquí, la vida de Juan Teijeiro está llena de viajes, experiencias y mil y una anécdotas difíciles de resumir que darían para un buen libro. Nació en Tela, Honduras, hijo de emigrantes gallegos que, decidieron probar suerte en la isla de Cuba cuando nuestro protagonista tan solo tenía tres años. Fue allí donde vivió su infancia, “una infancia muy feliz. Era un país donde mandaban los gallegos. ¡Fíjate si mandaban que hasta los antepasados de Fidel Castro eran gallegos! Viví en un barrio lleno de zonas verdes donde jugábamos al béisbol sin preocupaciones. Y ya ahí me empecé a interesar por la música”.

Cumpliendo el deseo de su padre, un deseo compartido por tantos emigrantes, regresaron a su tierra, a España, a Galicia, cuando Juan Teijeiro tenía 14 años. “Llegamos a A Coruña a bordo de un transatlántico. Desde allí, lo primero que hicimos fue ir a Brués, a nuestra casa, para pasar el mes de agosto. Recuerdo subirme a un autobús muy muy viejecito ya que nadie de nuestra familia tenía coche. En el último tramo para llegar a casa, nos estaban esperando con una carreta de bueyes para llevar el equipaje. Para nosotros todo era nuevo. Luego incluso nos compraron un caballo para poder movernos los veranos que íbamos para allí”.

Un hogar que recuerda con mucha “morriña”. “Niña, ¡era tan hermoso! Un caserón del siglo XIII, con su propio molino al lado del río, mucho terreno, viñedos… y con un manantial de esas aguas que ‘huelen mal’, pero que tan beneficiosas son. Llegaba gente de todas partes para beber o tomar unos baños. Era tan hermosa, pero las partijas acabaron haciendo que la casa se perdiese, aunque a día de hoy la gente sigue acudiendo al lugar por las propiedades de sus aguas mineromedicinales (Caldas de Brués)”.

Juan Tejeiro con Paco de Lucía
Juan Tejeiro con Paco de Lucía

Tras ese mes de descanso, que se repite como un mantra cada año en el mes de agosto con parada en el Pazo de Almuzara, llegaron a Madrid. “Niña, eres muy joven, pero de aquellas en Galicia había mucha pobreza y poco dinero. Te hablo de billetitos de una peseta y ni eso había. La gente aún pagaba con cambio de especies, así que irnos a la capital era nuestra mejor opción”.

Fue en Madrid donde siguió sus estudios. “A mi padre le decían, ‘Luciano, ¿cómo dejas tocar la guitarra a Juan?’ De aquellas, niña, estaba muy mal visto tocar la guitarra. La asociaban a la mala vida. Pero mi padre, por fortuna, me dejo. Y, gracias a eso, llegué a donde estoy hoy”.

Con 22 años, dejando atrás el servicio militar, viaja a Londres con la idea de permanecer un tiempo para aprender inglés con una simple maleta y el dinero justo para apañarse durante unos meses. Eran los tiempos de The Beatles y The Rolling Stones. “El dinero se acabó y empecé a tocar la guitarra en diferentes pubs y restaurantes londinenses, dejando a un lado mi timidez. Hasta que recalé en un pequeño lugar, muy importante en la ciudad, donde acudía incluso el Primer Ministro de aquellos años, Churchill, y su familia”.

Una postal de Juan con dibujo y firma de Marlon Brandon
Una postal de Juan con dibujo y firma de Marlon Brandon

Salí en la portada de una revista, BMG, -hoy desaparecida-, de la que era director un exalumno y amigo. A partir de ahí siguieron saliendo más y más actuaciones hasta que me llamaron para tocar en el considerado mejor restaurante español de Inglaterra, Martínez, ubicado en Picadilly Circus, donde estuve cuatro años y toqué, por ejemplo, frente a Marlon Brandon. De ese momento guardo una postal firmada con un dibujo de una guitarra y un pentagrama. Allí también acudían Di Estefano o los Reyes de Grecia, Constantino y Ana María, entre otras celebridades”. Además, “impartía clases en uno de los mejores colegios de Londres, Chaterhouse, abriendo el camino a las clases de guitarra en los centros formativos. Desde ahí me salían trabajos por todos lados. Tan contentos estaban conmigo, que hasta me contrataron como profesor particular de los hijos de gente de alto nivel en la sociedad londinense”.

Juan Tejeiro con Ricky Martin
Juan Tejeiro con Ricky Martin

Y llegó el momento de comenzar en el Costa del Sol, donde estuvo durante 15 años. “Allí coincidí con Joaquín Sabina, pero de aquellas aún le quedaba camino hasta convertirse en el referente que es hoy en día, y con Paco de Lucía, del que me hice gran amigo. Cada vez que venía a grabar a Londres se escapa del estudio para venir al restaurante. Muy buena gente y humilde”.

“Yo trabajaba mucho, niña. Trabajaba los siete días de la semana. Aunque es relativo. Para mí, trabajar tocando la guitarra, no era trabajo. Iba a sitios preciosos, había buen ambiente, venían amigos, conocía gente… y ganaba dinero”.

Por aquel entonces, “yo ya quería tener mi propia tienda porque cada vez que quería comprar unas cuerdas, tenía que ir al centro. Tanto era el anhelo, que el propietario del restaurante compró el local que estaba ubicado justo al lado. Para mi sorpresa no era para ampliar su propio negocio, si no que para abrir juntos una tienda de guitarras, The Spanish Shop”.

“Tuve tanta suerte que un exalumno mío consiguió un trabajo para el Gobierno impartiendo clases, y necesitaba 100 guitarras. En otras tiendas no lo tomaron en serio, pero yo sí, y se las conseguí”, y añade, “el negocio seguía funcionando muy bien, pero, en cuanto mi socio me propuso comprar mi parte, no lo dudé. Yo quería tener mi propia tienda, así que cogí el dinero y me fui. Al tiempo, monté un almacén, y al tener un stock tan grande, vendía para otras tiendas. Viajaba a España continuamente para conocer a los mejores fabricantes y luthiers, para ofrecer lo mejor de lo mejor a nuestros clientes”.

Un momento en el que también abrió su pequeño negocio de venta directa al público. “Eric Clapton sigue siendo nuestro mejor cliente. Pero no te puedo mentir, a pesar de haber estado incluso en su casa y tener una foto dedicada y muchos agradecimientos, no lo conozco en persona. Pero si sé que en esa pequeña tienda se pasó horas y horas acompañado, enamorado, de las guitarras que lo rodeaban. Fue tras la trágica muerte de su hijo, cuando se pasó a la guitarra clásica y compuso con una de “mis” guitarras españolas flamencas el afamado tema ‘Tears in heaven’”.

De entre sus anécdotas con gente conocida, recuerda Juan cuando “vino un señor muy simpático que quería una guitarra flamenca. Bajó a nuestro patio andaluz y me dijeron que debía ser miembro del parlamento, por una insignia que llevaba. A mi pregunta de si ‘era miembro del parlamento’, me dijo ‘¿yo? Que va… e hizo un gesto con la mano indicando que era alguien de ‘más arriba’. Estaba ante el secretario personal de la Reina Isabel II. Y tocaba flamenco. Le comenté que Tony Blair también lo hacía, y me dijo, a modo de chance, ‘sí, pero muy mal” (risas).

Juan Tejeiro
Juan Tejeiro

Miguel Póveda, comentó, a su llegada a la tienda, “acabo de salir de Sevilla, llego a Londres, y estoy nuevamente en Sevilla”.De Jennifer López destaca su sencillez y su simpatía. “Yo ya sabía que iba a venir y cuando atravesó la puerta me dijo ‘tú debes ser el famoso Juan’. ¡Ella a mí!”.

Juan Teijeiro con Jennifer López
Juan Teijeiro con Jennifer López

Es difícil poner un punto seguido a una vida tan intensa en la que se nos quedan mil y una anécdotas e historias que descubrir. “Una siguiente cita en Londres, en mi patio andaluz. O en Boborás, disfrutando de una tapa de callos en un local que es mítico por esa ración que hace los sábados. ¡Me parece estar saboreándola!”.

Pero si con algo hay que poner un broche a una conversación que podría ser eterna, es a su indiscutible patriotismo y amor por su tierra, Galicia. “Siempre le digo a los ingleses que se están perdiendo lo mejor de España, que es Galicia. Donde está la mejor comida, los mejores pescados y mariscos, carnes, verduras… todo fresco. Sus paisajes, su patrimonio, y, por supuesto, su gente. Y en especial, Ourense, un gran desconocido”.

Es un gran embajador de nuestra tierra, de la que presume allá por donde pasa, y sigue fiel a su tradición de visitarnos cada mes de agosto. “Mi calendario gira alrededor del tiempo que me queda para volver a pasar tiempo a Galicia. Me voy de un año y ya reservo para el siguiente año”.

En la venia

Un músico al que admire

Paco de Lucía, del que fui gran amigo.

Un instrumento

La guitarra española.

En su casa suena…

Salsa. La música cubana.

Una película

Cualquiera de Tom Hanks.

De pequeño quería ser…

“Pelotero”, jugador de béisbol. Aunque ahora soy del Celta y del Real Madrid.

Un recuerdo de su niñez

Lo feliz que fui. Estudié en un buen colegio en la Habana y en casa nunca nos faltó nada. Que no fuese de lujo. Recuerdo que no teníamos coche ni televisión, pero un buen amigo de mi padre nos regaló una y fue como descubrir un nuevo mundo.

Cuando se mira al espejo, ve…

¿Quién es ese?

Una manía

He intentado quitármelas todas. En Cuba había muchas supersticiones. Aún recuerdo que mi madre ponía sal detrás de la puerta para que se fueran las malas energías.

Un defecto

Muchos. Uno de ellos, el no haberme casado. Fue un error. Tuve demasiadas novias, y cada vez que veo a alguien soltero, le digo que se equivoca. Tener un compañero o compañera de vida es muy bonito. Lo que no quita que tenga mis “noviecitas”… (risas).

Una virtud

Trato de ser buena gente y ayudar siempre que puedo.

Un vicio confesable

(Risas). A mí edad ya no… si me llegas a preguntar esto hace unos cuantos años, igual te confesaba alguno.

Un viaje pendiente

No te lo vas a creer… he estado por todo el mundo. Desde China a EE.UU., pero nunca he ido en Italia. Así que espero hacerlo pronto.

Un lugar para perderse

Mi lugar especial, sin duda, es Galicia. Es un paraíso. Siempre estoy contando el tiempo que me queda para volver a echar mi temporada ahí.

Pierde la calma con…

La política.

Recobra la calma perdida con...

Tocando la guitarra.

Un sueño

A estas alturas, seguir teniendo salud y poder seguir cumpliendo las cosas que me quedan por hacer.

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