"REXEITAMENTO AO PLAN ENCE"
Rexístranse máis de mil alegacións contra a planta de Xunqueira de Ambía
PLANTA DE BIOGÁS
La gestión de la macroplanta de biogás de Ence ha estallado en una monumental crisis de credibilidad para el alcalde de Xunqueira de Ambía, el popular José Luis Gavilanes. El regidor es tachado de “cínico” por la oposición al liderar, de forma abrupta, la batalla contra el mismo proyecto industrial que durante meses, según múltiples fuentes, defendió ante las administraciones, incluso acompañando a Ence en visitas a empresas.
El alcalde y su gobierno local mantuvieron una silenciosa inacción mientras el proyecto destinado a tratar 166.000 toneladas de residuos avanzaba en su tramitación autonómica. Solo ahora, con el proyecto en fase crucial de alegaciones y la presión social en ebullición, ha decidido reaccionar de forma tardía y forzada.
La prueba de esta contradicción es documental e incontestable. El pasado 6 de octubre de 2025, el alcalde Gavilanes firmó una moción en la que alegaba “descoñecer o proxecto” ante la “ falta de información” sobre sus consecuencias. Sin embargo, en la propia memoria del proyecto que tramita la Xunta, consta un “Informe de Compatibilidade co Plan Urbanístico” (Exp. 349/2023) firmado por la arquitecta municipal el 27 de febrero de 2024 -más de año y medio antes en el que se concluye “favorablemente “ sobre la instalación de la planta.
El proyecto que la institución dirigida por Gavilanes informó favorablemente en 2024 no era un asunto menor, sino una macroinstalación industrial en Suelo Rústico de Especial Protección. Ya entonces se conocían los riesgos que ahora el alcalde dice querer investigar: la planta se proyecta en una zona lindante con la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) de A Limia, se ubicaría sobre terrenos inundables y amenaza con saturar con más nitratos (en forma de dixestato) un acuífero ya declarado como vulnerable.
El giro de 180 grados del alcalde coincide exactamente con el momento en que la contestación social se ha vuelto imparable. El proyecto está actualmente en periodo de exposición pública (aún abierto), y la movilización vecinal es patente. Colectivos como la Sociedade Galega de Historia Natural (SGHN) ya han presentado alegaciones técnicas, denunciando contradicciones graves (como el uso de 1,5 millones de kilos de ácido sulfúrico anuales) y el “inaceptable” trazado de la línea eléctrica por la ZEPA.
La pasividad del Concello se rompió solo cuando la presión se hizo insostenible. Gavilanes pasó de ser el presunto impulsor de la iniciativa -presume de haber recibido a decenas de interesados en haber isntalado ese proyecto- a firmar un bando municipal a finales de octubre anunciando alegaciones en contra y poniendo las oficinas consistoriales al servicio de la protesta. Para la oposición, la conclusión es clara: este movimiento no es una convicción, sino una maniobra desesperada para evitar el coste electoral del descontento ciudadano, ya que el alcalde habría esperado hasta el último minuto para sumarse a la crítica que ya venían tejiendo colectivos vecinales y el BNG.
Gavilanes está intentando ahora presentarse como el “salvador” de un problema que él mismo habría ayudado a crear con su apoyo inicial. El BNG ha sido tajante, criticando el intento de “gobernar, aprobar, alegar e, de paso, levarse tamén os galardóns” de la defensa ciudadana, y ya ha anunciado que llevará el conflicto al Parlamento de Galicia para exigir una regulación de distancias.
La tardía reacción del regidor lo sitúa en una posición insostenible: opuesto a un proyecto que él mismo informó favorablemente, y señalado por sus propios vecinos por una inacción que se interpreta como connivencia y a los que ha mentido al decir desconocer un proyecto que hace más de año y medio se informó tras haber recibido la correspondiente documentación. La crisis en Xunqueira de Ambía ya no es solo ambiental, sino una grave crisis de confianza institucional.
Más conocido por su don de la palabra y habilidad para tejer redes clientelares que por su gestión, el eterno alcalde popular de Xunqueira, José Luis Gavilanes, es un superviviente político con un controvertido historial. Fue pieza clave en el “pacto de la Alameda” que en 2023 blindó a Jácome en la alcaldía de Ourense. -su foto firmando a toda prisa en la terraza el acuerdo quedará para los anales de la historia-, un movimiento que tufa a interés, ya que es vox populi que la empresa de su familia compite por la millonaria concesión de los autobuses urbanos de la ciudad.
Su trayectoria está salpicada de conflictos judiciales. En 2001 fue condenado a 15 meses de prisión e inhabilitación por falsedad documental, al probarse que falsificó tarjetas de transporte para camiones de su empresa. También fue investigado por explotación de inmigrantes, aunque, haciendo gala de su labia, logró convencer al juez de que “intentó ayudar” a los trabajadores, archivando el caso. Más recientemente, en 2020, fue juzgado por conducir sin puntos, alegando que “pensó que había aprobado” el curso de recuperación .
Contenido patrocinado
También te puede interesar
"REXEITAMENTO AO PLAN ENCE"
Rexístranse máis de mil alegacións contra a planta de Xunqueira de Ambía
29 ÁRBORES SENLLEIRAS EN OURENSE
O carballo de Padroso, en Xunqueira de Ambía, declarado árbore senlleira
PLANTA DE BIOGÁS
De avalar la planta de Ence a abrazar la protesta vecinal
ELABORACIÓN DE UNA NORMATIVA
El BNG demanda la paralización de la planta de biogás de Xunqueira de Ambía
Lo último