El COB, arrollador también en la Copa,  gana por 40 puntos al Santfeliuenc (119-79)

COPA ESPAÑA DE BALOCESTO

Otro día más en la oficina: el COB despidió la liguilla del torneo barriendo al Santfeliuenc con otro despliegue ofensivo fiel al estilo que está mostrando toda la temporada

El jugador del COB Santi Paz trata de taponar Henry.
El jugador del COB Santi Paz trata de taponar Henry.

El horario, el rival y el ambiente no tenían nada que ver con lo que se ha jugado hasta ahora y con lo que está a la vista, pero a fin de cuentas acabó siendo un “más de lo mismo”. El COB despachó al muy decente Santfeliuenc con idéntica contundencia que lo consiguió hasta ahora con rivales de su propia liga. Hizo los deberes y acaba la liguilla de la Copa España con tres victorias y una derrota y virtualmente eliminado, salvo que el Prat haga una locura ganando en Santiago al Obradoiro. No parece probable y tampoco es algo que le vaya a quitar el sueño a nadie en el Pazo y alrededores.

Lo que estaba en juego, más que las matemáticas de la clasificación, era “entrenar” para el partido ante el Gipuzkoa y, aunque eso no estaba en su mano, salir sin sustos en forma de lesiones. Salvo para los muy tiquismiquis, todo perfecto.

El equipo ourensano le dio al botón de sumar sin importante ni lo que estaba en juego ni contra quien jugaba. Es más, empieza a dar la sensación de que, por momentos, los de Moncho López podrían jugar con el marcador apagado. Ellos siguen jugando a lo que entrenan cada día sabiendo que en cuando suene la bocina habrá premio asegurado. En su caso, un día libre la semana siguiente tras pacto consensuado con el cuerpo técnico. Asusta pensar que pueda ser así (lo de la forma de ganar) todos los días, pero por ahora lo es y ya no hay quien lo quite.

El rival en esta ocasión era un equipo de Segunda FEB, pero el plan y el desarrollo no fueron muy distintos al visto contra el Cantabria o al Cartagena. Incluso a la segunda mitad de Menorca. Los visitantes jugaron muy bien y hasta se sintieron cómodos. Llegaron a ir mandando en el primer cuarto y compitiendo por la delantera en buena parte del segundo, pero cuando se dieron cuenta estaban 20 abajo. Y tras el descanso, otra vez. Le llegó al COB con seguir a piñón fijo para que al final los de enfrente no tuviesen más remedio que bajar los brazos y pedir la hora.

Y no tiene nada que ver con estar más o menos acertados, es un tema de estilo. De empezar a construir un ADN en el que la forma de iniciar lo ataques, de seguir jugando tras los errores y de encontrar los tiros liberados es algo ya machaconamente innegociable. Así es como juega este COB. Rebote, transición, ocupar bien los espacios, leer bien los bloqueos directos y no renunciar a los tiros abiertos. Una y otra vez.

En la primera mitad empezó Rafa Lisboa anotando más y le siguió Samu Rodríguez en el capítulo de destacados. En la segunda se le dio licencia a Aanen Moody para subirse a ese carro y también tomó la palabra Martín Fernández, pero siempre con un juego equilibrado y colectivo en el que todos se sienten protagonistas. Acabaron siendo 40 de diferencia y 119 puntos anotados para alegría de todos y sin poder decir que fuese gran sorpresa para nadie. Así de demasiado bien acostumbrada tiene este COB a su gente. Y no tiene nada que ver con que se tengan los pies en suelo y se sepa lo complicado que será cada partido. Empezando por el del sábado.

Total, que los de Moncho López firmaron otro expediente todavía inmaculado. Para el entrenador y su cuerpo técnico seguro que quedan algunas pérdidas de balón que cortar en el video y defensas mejorables con la que tirar hoy de las orejas a unos jugadores que ya saben que tienen al mando a un entrenador inconformista, para suerte suya e idilio de una grada que ha pasado del amor a primera vista a querer pedirle matrimonio en el primer mes de competición.

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