El COB recibe al Cantabria en una tarde para no tener vértigo

Con la sonrisa instalada desde que comenzó la temporada, el COB quiere prolongar su momento dulce. El equipo ourensano suma dos victorias en otros tantos partidos, un saber qué es una alegría en este curso. Las cuentas dejan, en muchas ocasiones, muchas lecheras rotas, pero los cobistas tienen argumentos para no tener vértigo. Con una idea clara y asimilada de juego, solo la enfermería ha puesto algo de zozobra antes de la puesta en escena.

Las novedades pasan por la baja segura de Rafa Lisboa, que sufre un esguince de tobillo. Asustó más en el momento de la lesión que después de realizar las pruebas médicas. Pendiente de evolución, la fortaleza del luso ayuda a esperar un retorno cercano. Así que el COB activó la opción Sergio Rodríguez. El alero canario lleva semanas entrenando con el equipo y ahora ficha de forma temporal para ayudar desde ya mismo en competición. Al margen de ese “cambio de cromos”, algún que otro jugador no completó los entrenamientos semanales y este sábado se calibrará su estado físico. Para los que querían una semana tranquila.

Más allá de eso, que no es poco, vive el COB agarrado a la máxima que reza “lo que funciona, mejor no tocarlo”. Al menos, demasiado. Más allá de ajustes y adaptaciones a lo que plantea el rival, la filosofía de Moncho López está calando en sus jugadores. Volverá el cuadro ourensano a apostar por un partido de ritmo alto, con un juego ofensivo, a veces, hasta conscientemente anárquico, tratando de apretar atrás para que el combo sea ideal. Ante el Cartagena, faltó rival para medir de verdad su nivel. Pero, en Oviedo, hubo momentos difíciles en los que se demostró carácter y cabeza fría.

Con la ausencia de su compatriota Lisboa, el luso Brito volverá a ser clave en el juego y el liderato del grupo. También un Krikke convertido en referente interior. Los dos, rodeados de un grupo donde Moody o Mendikote lucieron más que otros que aguardan su momento como Samu Rodríguez o Romaro Gill, sin olvidar del impacto que pueda tener Sergio Rodríguez en su re-restreno en Ourense.

Pero, incluso en un equipo que saborea un momento dulce, hay cosas que mejorar. El rebote, especialmente en aro propio, y solventar las “trampas” que el contrario puede usar cuando le toque defender aparecen en un lugar privilegiado de esa enumeración.

Adversario

Teorías que habrá que llevar a la práctica ante un Cantabria que cayó de forma esperada en Burgos en el estreno y al que se le escapó la victoria por la mínima en Torrelavega frente al Menorca. Bofetadas que pueden hacer dudar al equipo de un David Mangas con mando en plaza en el banquillo cántabro.

Un equipo que mantuvo piezas importantes de la pasada campaña y que, a la hora de salir al mercado, la palabra “físico” estaba subrayada en su lista de la compra. Desde Valladolid llegaron Kabasele y Belemene, con experiencia para dar y tomar en la categoría. Y desde el Tizona sumaron a un Kande que de potencia e intensidad va sobrado. Javi Vega firmó saliendo del radar de los proyectos de la parte alta e incorporación interesante la del base alemán Hundt, uno de esos fichajes menos conocidos que está dando un buen rendimiento inmediato, compartiendo puesto con un Germán Martínez con ganas de protagonismo al bajar desde la ACB.

Entre los que siguen, el MVP de la última jornada, Mirza Bulic. El bosnio es la referencia y de su rendimiento depende en gran medida el éxito o el fracaso del Cantabria. Voytso y Littleson completan los hombres de confianza de Mangas para volver a conseguir el objetivo de la permanencia, y ahí ya vale que sea más o menos sufrida.

Se espera ambientazo en el Pazo con los fieles de siempre presentes y los ocasionales que quieren abrazar el cobismo alistados para la causa. Hay ganas de seguir mirando hacia arriba, sin ningún vértigo y con toda la ambición, en una Primera FEB de alto nivel, en la que aquello que vayas ganando ya nadie te lo va a arrebatar. Con la afición ilusionada, el COB trata de prolongar el estado de optimismo. Con confianza, pero sin confianzas, los ourensanos quieren que no haya dos sin tres.