El COB lo tuvo en sus manos (94-89)

Una vuelta de tuerca más. El COB encontró en Sevilla una nueva forma de quedarse con la miel en los labios tras caer 94-89 ante el Betis. Como en aquel programa televisivo “1.000 maneras de morir”, los ourensanos se inventaron un nuevo escenario de drama. Volvieron a jugar de tú a tú ante un rival de poderío deportivo y económico (aparentemente). Con aciertos y fallos groseros, sí, pero mandando en el marcador muchos minutos. Pero el final, otra vez el final, terminó por condenar a un equipo que tuvo la victoria en sus manos. Un rebote de Mendikote con 75-77 a 29 segundos del final iba a echar el cerrojo al partido. Pero Renfroe le robó una cartera sujeta sin la tensión necesaria. Prórroga. Y, cinco minutos después, derrota de las que hacen llover sobre mojado.

El partido empezó con velocidad y a base de triples. Moody cogió el mando durante dos minutos. Sus únicos dos minutos efectivos en la noche sevillana. Fue un intercambio de golpes hasta que Sergio Rodríguez pidió paso y estiró la renta del COB hasta el 14-21 (m.8). Ventaja que tan pronto vino como se fue, aunque los ourensanos cerraron el primer parcial 22-24 por delante.

Una igualdad que se mantuvo en el segundo parcial. Béticos y cobistas alternaban jugadas de aplauso con otras de abucheo. Ahí destacó un Ogunsipe con números de MVP (15 puntos y 18 rebotes), pero con fallos bajo el aro para no dar crédito. Entre medias, Lisboa tuvo su momento, Sergio se mantuvo muy sólido y Renfroe y Hughes demostraban con el Betis que la Primera FEB no les merece. A los vestuarios, 43-46.

Los cobistas mandaron en el marcador buena parte de los minutos, pero pagaron caro sus propios errores

Al regreso, sensación de que el COB estaba perdonando meter algún punto más en ese colchón. Pero al otro lado de la trinchera no estaban mucho mejor. Así que cuando Sergio Rodríguez tiró de su idilio desde el triple, nuevo estirón al marcador (54-61, m.27). Nuevamente, la alegría duró poco. El Betis apretó los dientes ante la falta de fluidez y los ataques “autocomplicados” de los cobistas. Pese a eso, 61-65 al frente.

Llegó el último parcial y con la dosis de tensión extra. El primer detalle, que ya se había notado y que aquí se volvió intolerable, fue el dispar criterio arbitral con las faltas. El COB se metió en bonus en un abrir y cerrar de ojos. El Betis no estuvo ni cerca en todo el cuarto. Con todo lo que eso condiciona a las defensas. Permite dar a unos y recibir gratis a otros. Demasiado habitual ya.

Fue un juego con más barro que otra cosa. Cada canasta era una muela extraída sin anestesia. Renfroe mandaba pese a la minutada que llevaba y Ogunsipe trataba de hacer olvidar esos puntos que se fueron antes al limbo. Otra vez, el desenlace de casi toda la temporada. Pastilla para el corazón y a ver qué pasa. Brito sacó un destello desde la esquina cuando peor pintaba y Ogunsipe puso el 71-74. En una acción con dos rebotes ofensivos (tiro en el pie) el Betis empató. Se puso por delante, pero Brito se sacó un triple gigante para el 75-77. Atacó el Betis, dos tiros libres para De Bisschop. Falla el primero, falla el segundo. Mendikote rebotea para dejar el partido finiquitado, pero Renfroe se la roba y anota. El jugador más intenso del COB la perdió por esa falta de intensidad. Prórroga con media estocada metida.

En el tiempo extra, caras largas. Brito y Sergio Rodríguez obligaron a levantar el ánimo a base de triples. Pero el omnipresente Renfroe le echó agua al fuego. Un triple que hizo que la estocada ya fuese completa. 94-89 y otra vez el “casi”. El enésimo “uy” en la boca del COB ante un noble de la liga. Pero, esta vez, con la diferencia de que tuvo el triunfo en sus manos. Literalmente.