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PRIMERA FEB
Por segunda jornada consecutiva, la moneda que decidía un final apretado salió cruz. Un COB bajo mínimos dio el máximo en la pista de un Estudiantes sano y con muchos euros invertidos. Los ourensanos dominaron en el juego y en el marcador durante casi media hora. Pero una actuación arbitral nefasta y sibilina, junto con un Granger modo ACB, llevó el partido a una prórroga donde los madrileños acabaron imponiéndose por 88-81.
Jugó el COB sin el trío Samu Rodríguez, Rosa y Krikke, ausentes la pasada jornada, a los que se sumó un renqueante Martín Fernández. Más con menos. Los de Moncho López salieron al majestuoso WiZink sin complejos. Atrevidos en ataque no renunciaron al toma y daca inicial, espoleados por Mendikote (8-10, m.4). Intensidad en ambos bandos y un partido de nivel que cerró su primer parcial con un 20-22 ilusionante.
Los ábitros no señalaron ninguna falta a los madrileños en los últimos nueve minutos de partido
No solo se mantuvo el guion, se acentuó en el segundo parcial. A Moody le entró el “picorcito” en la muñeca y el COB se puso 24-35 (m.15) que hacía fruncir el ceño a la parroquia estudiantil. Francis Alonso salió al rescate del Estudiantes, pero no se puso nervioso el equipo ourensano. Dos canastas de Javi López mantuvieron la inercia positiva y mandaron a los jugadores al vestuario con 37-45 y los primeros síntomas de que los árbitros querían su dosis de protagonismo. Y cuando hay humo, normalmente hay fuego.
Si alguno esperaba que el descanso modificase el panorama, se equivocó. El COB siguió a lo suyo. La figura de Romaro Gill desesperaba a los locales en ambas zonas. El duelo se atascó, dejando paso a un tramo en el que cada punto era oro. Trató de acercarse el Estudiantes, pero un triple de Lisboa sobre la bocina dejó el 51-59 con solo un cuarto (a priori) por jugar.
La hora de la verdad. Los tiros libres perdonados lastraban la huida cobista, que se agarraban a su ventaja con juego y argumentos. Y estalló la bomba. El “sospechoso habitual” Leandro Nicolás Lezcano se inventa una antideportiva de Sergio Rodríguez, que se completa con una técnica por protestar. Carrusel de tiros libres y el Estudiantes a dos puntos (58-60) con posesión El hurto deportivo envalentonó al COB, que recuperó su esencia y se subió a la espalda de Mendikote para seguir por delante. Pero entre que Granger cogió su fusil y que los árbitros no le pitaron ninguna falta a los madrileños desde que faltaban 4:23 para el final del cuarto periodo, se armó el taco. Final de infarto. Granger por fin fallo y el COB tuvo la última bola con empate a 74 para ganar. Falta a Moody que se comen (se quieren comer) y el tiro “in extremis” de Sergio Rodríguez se topa con el aro. Prórroga.
En el tiempo extra, el Estudiantes siguió con su bula arbitral. Sin personales en la práctica aunque sí en la teórica. Así que aunque el COB lo dio todo y Moody anotó, el acierto de Francis Alonso y el nulo respeto por los jugadores cobistas por parte del trío arbitral, terminaron por finiquitar un duelo que duele por el fondo y, sobre todo por la forma (88-81). El enfado de ahora tendrá que ser gasolina para el partido frente al Zamora.
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