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El COB del ascenso vivió después semanas de zancadillas y de angustia hasta acabar aceptando un ascenso en diferido a la ACB la temporada siguiente que tampoco llegaría. Los protagonistas de aquel ascenso inolvidable tomaron diferentes caminos y han recibido el cariño del Pazo cada vez que han vuelto. La mayoría siguen ligados, y a gran nivel, al baloncesto.
Desde el anuncio de su fichaje disfrazado de Lobo hasta su último minuto con la camiseta del COB fue uno de los favoritos del Pazo. Esperó por el COB para jugar en ACB tras irse cedido a Alemania. Dos años después fichó en el Breogán y allí se acabó convirtiendo en ídolo. Tras retirarse pasó al organigrama del club lucense, del que ahora es el director general.
Llegó para la recta final de la temporada y aportó una rotación de mucha calidad al juego exterior. Después jugó varias temporadas en Suecia y Finlandia. Trabaja como ingeniero de control de calidad en una empresa de seguridad en Plymouth (Massachusetts). Además es DJ y entrenador de baloncesto en un instituto.
Llegó como un auténtico desconocido tras su etapa universitaria y mostrarse en una liga de verano en León. Jugó solo 13 partidos y se marchó por decisión personal. Actualmente es propietario de una productora audiovisual.
Tenía un talento ofensivo extraordinario, pero una carrera sin consistencia. Llegó a jugar el prestigioso PIT norteamericano y su primera experiencia en Europa fue en el Cholet francés. En Burgos firmó su mejor partido y cambió el rumbo de una temporada para un equipo que había empezado con dudas. Se fue del COB tras 11 jornadas y no volvió a jugar al baloncesto profesional.
Tuvo un grave accidente de tráfico en 2017 y actualmente es entrenador de técnica individual en High School.
Una carrera larga y en seis países distintos, jugando en España en varias etapas. La débil NM2 fue su última experiencia.
El canterano llegó a jugar 7 partidos y anotó la última canasta de aquel play off inolvidable. Ha desarrollado su carrera en Tercera FEB y desde hace siete temporadas juega en el Chantada. Es informático en el Sergas.
Llegó a Ourense con muchas dudas sobre su profesión tras una mala temporada en el Navarra y el COB y aquella temporada cambiaron su carrera. El “pollito” se metió al Pazo en el bolsillo con su talento y desparpajo y lo repitió después con la camiseta del Breogán y del Granada, a los que también llevó a la ACB. Con 33 años luchará este fin de semana por un nuevo ascenso, ahora con el Estudiantes.
El alero titular toda la temporada y un clásico de una liga en la que ha jugado 320 partidos en Lugo, Ourense, Burgos, Bilbao y Almansa. Se retiró en 2023, pero el Lliria lo convenció para regresar y ascendió con ellos la temporada pasada. Ha jugado allí la segunda vuelta este año.
Uno de los mejores bases en la historia del club. Un lujo desde el primer al último partido y así se lo ha reconocido el Pazo cada vez que ha vuelto. Como entrenador ascendió al Alicante a LEB Oro, firmó doblete y ascenso a la ACB con el Palencia y esta temporada ha entrando al Estudiantes.
Refuerzo para la parte final de la temporada y jugó a gran nivel. Un trotamundos del baloncesto que todavía sigue en activo tras jugar en Taiwán y México. Llegó a disputar los Juegos Olímpicos de Japón con la selección de Irán.
El hombre del ascenso. Volvió loco al Breogán y al Pazo con un partido que reconoce es “inolvidable”. Acabó con 36 de valoración y llorando abrazado a su familia. Aquel año cambió su vida y su carrera. Desde 2017 juega en Francia y, pese a amagar con retirarse en 2019 sigue imparable. Esa temporada ha sido campeón con el Boulazac, con el que asciende a ProA.
Su primera experiencia profesional fue en el COB y ya mostró la calidad que tenía. Ha hecho una carrera sostenida siempre en máximas categoría en Países Bajos, Bélgica, Grecia y Alemania. Lleva cuatro años en Japón.
Jefe dentro y fuera de la pista y pieza clave en el ascenso. Se retiró dos años después en el Alicante tras un play off cruel y ya como director deportivo lo ascendió a LEB Oro. Actualmente es el presidente del Talavera, en Tercera FEB.
El júnior del equipo aquel año y después varias temporadas más en el COB. Tras jugar en varios equipos de Liga EBA se tituló en Gestión y Administración de Empresas y ejerce como contable.
Gonzalo García de Vitoria pasó de discutido en su primera temporada a ídolo para siempre. El Pazo se pone en pie cada vez que viene un “ourensano”. Casado y con una hija regresará a casa al acabar la Final Four a la que ha llevado al Betis. Quizá con el ascenso que logró aquí y con el sueño de poder hacerlo realidad sin que esta vez se lo roben.
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