El Oviedo, un peligro que cotiza al alza

El dicho de “gallegos y asturianos, primos hermanos” se pondrá a prueba otra vez este domingo. Lo hará en el Palacio de los Deportes de Oviedo, y eso ya es noticia. Allí jugará el COB ante el cuadro ovetense, estrenándose en un escenario con bastante más glamour que el vetusto Pumarín. Pista en la que buscará poner fin a la “mini racha” de dos derrotas seguidas, la última, en el Pazo ante el Gipuzkoa, la más dolorosa. Lo tratará de evitar un Oviedo que comenzó la temporada mal, que enderezó el rumbo con triunfos de mérito, pero que llega tras caer en el tiempo extra en Zamora. Ambos cerca en la tabla, ambos con ganas de ganar no empezar a hablar de necesidad.

Buena parte de esa resurrección asturiana la tiene Marques Townes. El escolta llegó con el curso empezado y ha tenido un impacto total. Un hombre que sabe lo que es jugar en ACB y en ligas potentes y que se ha convertido en la principal referencia ofensiva en una batería exterior amplia y variada. De anotar sabe también Parham II, que aterrizó en verano tras liderar la tabla de anotadores en Portugal. Y para completar la lista, Raúl Lobaco, viejo conocido en Oviedo, llegará al duelo ante el COB tras ser el MVP de la pasada jornada.

Por fuera está también el sólido Dan Duscak acumulando campañas allí, un Hermanson que busca (y necesita) tener peso específico en su cuarto equipo en cuatro temporadas, además del aún joven Longarela, que se ganó dar el salto a la segunda categoría del baloncesto nacional, al igual que el argentino Federico Copes.

Por dentro, el Oviedo tiene más clase media. Francis Nwaokorie se estrena en una competición de este calibre después de su paso por la NCAA estadounidense, mientras que Daniil Shelist da el salto desde Huesca para demostrar que la Primera FEB no se le queda grande. Más conocido es Robert Cosialls, hombre de peso en el vestuario, mientras que Alonso Faure quiere mantener la progresión en la pintura que comenzó a apuntar la pasada campaña.

Al frente de la nave, Javi Rodríguez. Pasó de ayudante a entrenador principal, salió para nuevos retos, pero volvió el pasado curso a un lugar en el que es importante. Su idea de juego está clara y trata de imprimirla en una plantilla con caras nuevas.

Son los peligros a los que se enfrentará este domingo el COB. Un partido marcado en rojo, tanto por el pequeño bache que atraviesan los ourensanos, como por el calendario que viene por delante, con varios “cocos”. Una mañana dominical y navideña que asegura emociones fuertes sobre el parquet.