El nuevo delegado provincial, Claudio Cerdeira, reconoce que uno de los objetivos es "recuperar la unidad que siempre tuvimos en nuestro colegio"
Tiempo de cambios en el fútbol provincial. También en un colectivo imprescindible pese a que a veces el anonimato es su mayor recompensa. Claudio Cerdeira Casas es el nuevo delegado arbitral.
"Lo que más me costó fue dejar los campos pero es un orgullo ser el delegado provincial", asegura Cerdeira, que lleva dos meses en el cargo.
El nuevo delegado comenzó en el arbitraje desde el fútbol sala en O Carballiño con solo 17 años y las dos últimas temporadas arbitró en Primera Autonómica.
Llegan Raúl Rois y Claudio Cerdeira. Se marchan José Luis Cachaldora y José Antonio Presas. En la parcela arbitral el primer objetivo lo tienen muy claro: "Necesitamos unirnos de nuevo. Después de unos años complicados tras la marcha de Antonio Docabo es claro que el colegio sea de nuevo una piña. Durante muchos años el colegio ourensanos fue un ejemplo en ese aspecto y tenemos que recuperarlo". Ayer homenajearon a Cachaldora en la sede arbitral.
La captación de nuevos arbitros es un objetivo recurrente año tras año: "Tenemos 96 colegiados y ya hay 19 inscritos en el nuevo curso". Lo que quieran sumarse solo tienen que ser menores de 25 años y acudir al colegio de árbitros, en la calle Pura y Dora Vázquez lunes o viernes de ocho a diez de la noche.
Un dato esperanzador, las colegiadas: "En otros colegios intentar captar colegiadas pero nosotros así solo con mantenernos ya sería un éxito. Tenemos 15 en el colegio y una ya en el curso".
Colegiados como José Antonio Fernández Rodríguez, que arbitra en Segunda B con 24 años, o los cinco que lo hacen en Tercera, son los espejos en los que mirarse un colectivo imprescindible.
