EDUCACIÓN

La segregación escolar en los barrios periféricos, una asignatura pendiente

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photo_camera Niños y una madre en un barrio periférico de Valencia.

A "las carencias estadísticas" en los ámbitos educativo, migratorio y étnico hay que añadir "las dificultades de acceso" a los datos recogidos en fuentes registrales públicas, sostienen ambos investigadores.
 

Un estudio del Observatorio Sociológico de la Educación de la Universidad de Alicante (UA) constata que "el incremento de la desigualdad social en España durante los últimos años" ha ido acompañado por "un aumento en los niveles de segregación escolar en las zonas urbanas vulnerables".

Este trabajo, realizado por los investigadores Brahim El-Habib Draoui, María Jiménez Delgado, Raúl Ruiz Callado y Diana Jareño Ruiz, del departamento de Sociología I de la UA, indica que la conversión de España en uno de los principales destinos migratorios del mundo "ha desembocado en el desarrollo de zonas urbanas marginadas", habitadas en gran medida por población inmigrada.

La investigación de la UA, publicada en la revista científica de la Asociación de Sociología de la Educación (Rase), remite a informes de instituciones públicas y de expertos, como el Síndic de Greuges de Catalunya, que afirman que, con el paso del tiempo, se han agudizado las situaciones de segregación residencial y escolar en los barrios periféricos de las ciudades.

También corrobora "esta tendencia y muestra que, a nivel educativo, las consecuencias de esta segregación pueden ser nocivas para el futuro de la población más joven".

Este estudio se ha desarrollado en los institutos de Educación Secundaria de la Zona Norte de la ciudad de Alicante con la finalidad de conocer la composición del alumnado en estos centros, según su origen nacional y étnico, y analizar sus expectativas de futuro, han explicado, en una entrevista con Efe, Brahim El-Habib y María Jiménez Delgado.

La Zona Norte de la capital alicantina tiene una de las mayores concentraciones de población gitana e inmigrada del municipio y unos altos niveles de vulnerabilidad socio-económica (elevado índice de desempleo, pobreza, exclusión y abandono escolar, entre otras dificultades).

La investigación de la UA, basada en encuestas a cerca de mil alumnos y cuyas conclusiones pueden ser extrapolables a otros barrios periféricos del país con las mismas características, ha desvelado una composición escolar "altamente segregada" en esa zona, debida a la "gran concentración" de alumnado de origen inmigrado y gitano en sus aulas.

Sin embargo, esta concentración "no es detectable a partir de las estadísticas oficiales", han afirmado Brahim El-Habib y María Jiménez Delgado.

Según el estudio, estas estadísticas "están lejos de reflejar la realidad segregada de algunos centros educativos, situación que genera un efecto negativo sobre las expectativas del alumnado en cuestión, además de impedir diseñar e implementar políticas sociales y educativas que aminoren tal segregación y, por tanto, la desigualdad de oportunidades".

A "las carencias estadísticas" en los ámbitos educativo, migratorio y étnico hay que añadir "las dificultades de acceso" a los datos recogidos en fuentes registrales públicas, sostienen ambos investigadores.

Por lo general, entre las opciones de expectativas de futuro propuestas en este estudio, terminar la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y encontrar trabajo fueron las más seleccionadas por los estudiantes, si bien las alumnas de origen inmigrado entrevistadas son más propensas a alcanzar estudios postobligatorios y a desear acceder a niveles formativos más altos.

Así fue el caso de algunas jóvenes que llegaron a la Zona Norte de Alicante junto con sus familias a una temprana edad y que, a pesar de las dificultades socio-económicas que afrontan, sí lograron estudiar en la universidad.

Sin olvidar estos ejemplos de superación, la segregación escolar aparejada a una situación de vulneración socio-económica extrema puede acarrear consecuencias "bastante graves después para la participación e integración social y laboral de los jóvenes", según María Jiménez Delgado, quien ha recordado los problemas que, por motivos parecidos, se viven en Francia o Bélgica.

"Hay que apostar claramente por su integración y continuidad en el sistema educativo porque existe mucho potencial académico", pero un importante porcentaje de estos jóvenes "siente que la sociedad no cuenta con ellos", ha señalado.

Por su parte, Brahim El-Habib ha opinado, "sin ser alarmista" y desde una perspectiva general del país, que "existe un riesgo real de que esta situación pueda desembocar en conflictos sociales a medio o largo plazo".

A su juicio, "los conflictos sociales que se han ido generando durante la última década en los barrios marginados de algunos países europeos como Francia, Bélgica o Reino Unido, protagonizados por sucesivas generaciones de origen inmigrado, son una lección para un país como España, que todavía está a tiempo de actuar a favor de una mejor estrategia de inclusión de estos jóvenes en la vida social".

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