Cartas al director

Cuando ya sea tarde

No dejen para mañana lo que puedan sentir hoy. Posterguen algunas de las decisiones y acciones más inocuas y aburridas de cada jornada; como: pensar en el futuro; pensar en el pasado; qué ropa me pondré hoy; qué haré de comer esta semana; qué partidos de fútbol echan por la ‘tele’; ir compulsivamente al gimnasio; ir a depilarme el viernes… 

Aprovechen todo este tiempo muerto, y procuren, con hechos fehacientes, demostrarse todo el amor y el cariño que se sienten. Que seguro que lo tendrán intacto y a buen recaudo. El estrés y las depresiones se tomarán unas largas vacaciones. No lo dejen para cuando ya sea tarde. Ya me entienden: R.I.P.