Cartas al director

Atado y bien atado...

Se afana la golondrina con el barro y las ramitas, para terminar el nido, que albergará vida plumífera de su especie. Adelantándose así, intuitivamente, al nacimiento de sus alados retoños. Atado y bien atado quedan los entramados del nido, sellados adrede para dejar un lugar confortable a sus polluelos.

Ardua tarea, que nada tiene que ver por cierto, con ese otro tipo de comportamiento, en donde proliferan los abominables intereses partidistas del control materialista de las cosas; muy común entre los humanos.

¿De qué vale cambiar, atar y reatar los Presupuestos Generales del Estado, unos meses antes de los comicios electorales, a sabiendas de su propia fragilidad en la continuidad en el gobierno de la nación? Pues está bien claro: La golondrina construye, desde el altruismo, intuyendo nueva vida; los políticos que gobiernan y dirigen las directrices de un país, atan y desatan, interesadamente, a su libre albedrío lo que se les cruce. Además de morir matando, que viene a ser un acto terrorista más, consentido.