Cartas al director

¡Ríanse, por favor!

Lo importante para saber encajar las adversidades, que cualquier día se nos presentan delante de los morros, podría consistir en: seguir el ejemplo de esos simpáticos payasos que todos recordamos desde nuestra infancia. A carcajada limpia, son capaces de desmontar toda esa trágica trama con la que han comenzado su actuación, rebajándola a la categoría de burla y dejándola a la altura del betún. Reírse, primero de uno mismo, y a continuación, de toda esa gente (que esconde su engreimiento) con cara de pocos amigos, es la cuestión.

Ya lo dicen los eruditos en la materia: la risa es muy benevolente con la salud. ¡Ríanse hasta de su sombra! Lo agradecerán.