La selección natural va al unísono con el paso del tiempo. Aunque estos (a veces largos) ciclos o periodos de tiempo, parezcan permisivos con aquellos que proponen cambios en los sistemas que afectarán su andadura, no por ello, los dejará a su libre albedrío.
Esta selección natural se fortalece con, la bien empleada, inteligencia del ser humano.
Esta alianza de fuerzas con la dosis de paciencia inamovible que acostumbran, darán buena cuenta de todos aquellos procesos inventados por los zoquetes, que no entienden de su inexpugnable destino.
La inteligencia está pidiendo a gritos, a su aliada principal, que actúe con toda diligencia, en contra de pícaros, aprovechados y desalmados; endiosados por el solo hecho de obtener posesiones materiales que los perturban.
Paulatinamente y sin verborrea, la selección natural irá dando cuenta de aquellos que no sepan para qué sirve la inteligencia; hasta su exterminio.
