Opinión

Crónica de un comunista de Ourense

Hace unos meses aparecieron en el armario antiguo los documentos que la bisabuela guardaba con esmero y que entre muchas cosas nos cuentan parte de la historia del médico ourensano represaliado Antonio Fernández Carnicero. Es por eso que desconoceremos algo más de sus orígenes y de su vida importunada por el infortunio.


Antonio nació el 7 de julio de 1904, a las 10 de la noche, en Baños de Molgas (Ourense). Era hijo de Carmen Carnicero y de Antonio Fernández Ramos, médico de allí, y llegó a tener cuatro hermanos: Cándida, Contempla, José (farmacéutico) y Aser (fallecida por tifus a los 16 años de edad). Antonio estudió Medicina en Santiago, y en 1925 termina la carrera. Un año después contrae matrimonio con María Bouzas, natural de Allariz, y es en esta fecha que podemos datar la carta que escribe a sus padres en Baños de Molgas. Por ella sabemos que tiene muchas aspiraciones en el ejercicio de su profesión de médico y explica a sus padres que Baños de Molgas es un buen sitio para al menos tres cosas que no eran su prioridad: ser una persona respetable, ganar mucho dinero y acomodarse a un estatus social del cual no quiere hablar... y dice: ‘Podían darse otras coincidencias que yo debo ocultar en este papel, ¿no te parece madre?’. Él había contactado durante su estancia en Santiago con gentes del Partido Comunista, y convencido de luchar con sus ideas por un mundo mejor, por un mundo más justo al lado de los más necesitados, durante toda su vida seguiría militando en él. El 12 de septiembre de 1930 firma su contrato de trabajo como médico en Vías y Construcciones S.A. y monta su consulta en la calle Vicente Risco, en el barrio del Puente. Tenía los lunes para consultar gratis a los pobres y colaboraba en la dirección del partido con Luis Soto.


Por el día 17 de agosto de 1933, podemos descubrir el origen de la ayuda posterior al doctor Carnicero. Ese mismo día nacía en Ourense, en la rua da Barreira, un niño hijo de Elisa Cortizo González y de Pegerto Caride Rodríguez (Carrocero) . En el parto todo fue muy bien, pero en el posparto, Elisa tiene una fuerte infección en un pecho y su vida corre un serio peligro. Pegerto Caride conocía al doctor Carnicero, con el que compartía ideas políticas de izquierda, ya que era secretario general de la UGT del gremio de la madera. Pegerto acude sin dudar a la consulta para que trate a su mujer y después de un diagnóstico acertado y de su correspondiente tratamiento Elisa es curada.


En esos días, la familia de la joven pareja recibe visitas de familiares de Portugal, entre ellos Camilo y Candidinho, hermanos de la madre de Elisa, con el fin de conocer a su sobrino-nieto. Es en esta ocasión cuando conocen al doctor Carnicero y, al mismo tiempo, Candidinho, que padecía una pequeña parálisis en una mano, pasa a ser consultado y tratado por él. Después de unos días cobra mejoría recobrando la movilidad de su mano y recuperándose de la dolencia.


A los tres años llegó la guerra civil, y hasta el 20 de julio de 1936 todos los camaradas del doctor Carnicero aún creían que toda esa locura del golpe de Estado no iba a prosperar. Pero dado que los acontecimientos se precipitaban en sentido contrario a sus tesis, muchos de ellos emprenden la huida hacia Portugal. Es por estas fechas que ruega a Pegerto que escriba una carta a Candidinho en la cual pida ayuda para escapar a Portugal, ya que gozaba de influencia y de un buen estatus económico en el país vecino. La carta decía: ‘Hace unos años le salvé la vida a su sobrina, ahora sálvenme a mí...’.


Es por esta razón que tomó el camino a Chaves, hacia la frontera portuguesa, en su Fiat Topolino, dejando a su mujer con sus hijos. Al observar que todo estaba muy controlado, opta por abandonar el vehículo y sigue a pie a través de los montes. Llegado a Chaves intenta alojarse en un hotel sito en la calle Magdalena y es detenido por las autoridades portuguesas, al serle requerida la documentación. Sin embargo, Candidinho, que vivía frente al hotel ya le estaba esperando, y después de negociar su liberación no permitió que esa noche durmiese en la cárcel. Al día siguiente viajaron a Lisboa y después, ya solo, tras hacer una parada en Cuba, donde le prestaron dinero, partió al exilio en México donde recibió por correo de su hermano José su título de médico. Volvería a Ourense en agosto de 1978 con su esposa y acompañados del agregado cultural de Cuba en la Embajada de Cuba en México.



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