Opinión

Un "abrazu" así, en bable

Como pueden ver ustedes fácilmente si repasan los tres artículos anteriores, sobre todo el último, las partes más pequeñas, valenciano, mallorquín, bable, resultan ser las más grandes al fin.
Y es que una lengua, cualquier lengua es una mina de diamantes y el pueblo que está sentado sobre una y no la explora es que está loco o es imbécil.

Resumiendo. El problema lingüístico en España no es un problema sino siete. Primer problema el gallego, el más grande de todos. Segundo problema el español, un problema enorme. Tercer problema el catalán, una minucia. Cuarto problema el euskera, un problema bonito. Quinto y sexto, el valenciano y el mallorquín. Séptimo, el bable que es, por cierto, el que tiene la solución.

Una vez entendido lo anterior no queda más que hacer un gráfico muy sencillo. Un cuadro sinóptico con sus flechitas y líneas de colores. Ya saben, como hacíamos en el colegio de pequeños. Se puede hacer en una pizarra, en un papel o incluso en la cabeza de memoria, depende de la capacidad de cada cual. Pero hay que dibujarlo bien. El gráfico es así.
Español. Hijo del gallego (flecha hacia el gallego).
Gallego. Madre y hermana a la vez del español (flechas hacia el español). ¿No es este un parentesco extraordinario, propio de los dioses del Olimpo?
Catalán. Hermano del español (flecha hacia el español).
Euskera. Vale, es un primo lejano pero lo queremos con locura y si viene a casa le damos cama y mantas ¿o no? (flecha hacia todos).

Valenciano. Hermano del catalán y del mallorquín (flecha hacia ambos).
Mallorquín. Primo del catalán y del valenciano (flecha hacia ambos también).
Bable. Hermano del gallego y del español a la vez (flecha hacia todos). Este es bajito sí, pero también Picasso era bajito ¿y qué?, ¿acaso no conquistó el mundo con un lápiz? Además es el padre de todos nosotros. Rindámonos ante él. Es el verdadero rey. Bable, asturiano, díganlo en voz alta. ¿No les suena como pan fresco en la boca? Es la lengua de Jovellanos. Yo digo la palabra "bable" en alto en el salón de mi casa y me siento como si estuviera en Tapia de Casariego sentado junto al mar, con la boca llena de jugosos corazones rojos de huevas de erizo, o con blancos lomos de pichín en el plato, tan sabrosos que me impiden pensar. ¿A usted no le ocurre algo parecido? ¿No? Me resulta increíble. ¿Nunca ha estado en Asturias?

En fin, volviendo a lo nuestro una vez hecho y bien dibujado el cuadro estúdielo detenidamente. Con calma. Tómese su tiempo. En el cuadro está la clave. Sobre todo estudie y analice las relaciones y conexiones entre las distintas lenguas y entenderá al fin el problema... que no su solución. Y es que ya dije que lo bonito era el problema. Las soluciones no tienen gracia salvo para los matemáticos.
O sea: ¡salut!, ¡saúde!, ¡agur bero bat!, un abrazu.

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