Opinión

Abstenciones y chistes

No soy comentarista político pero como Rajoy insiste cada día en un mismo asunto sobre las elecciones, voy a puntualizarlo un poco. El asunto de Rajoy es que el PP fue el partido más votado (indiscutible). Y que le votaron siete millones de españoles (indiscutible). Pero Mariano elude señalar que el número total de votantes era de veinticinco millones y medio, así que más de dieciocho millones no optaron por su partido (indiscutible también). En resumen, que el PP ni siquiera tiene un tercio por ciento de los votos.

Pero la cosa es aún más grave. De esos veinticinco millones y medio casi nueve y medio fueron abstenciones. ¡Nueve y medio! Mucho más que los votos del PP o que los de ningún otro partido. Algo que debería hacer reflexionar a Mariano; pero también a Pedro Sánchez, cuyos votos apenas llegan a la mitad de las abstenciones; o a Pablo Iglesias, al que le ocurre otro tanto; o a Albert Rivera, aún peor, sus votos apenas superan un tercio de las abstenciones. O sea que aquí nos abstenemos más que votamos. Parece un chiste. El partido más votado fue el menos votado. ¿Por qué?

Yo creo que porque los españoles somos de chistes y de bares y las elecciones no nos van, esa es la verdad. Los europeos, exceptuando a los irlandeses, nos envidian por eso y por eso vienen tanto aquí. No es por el sol, sino por los chistes y los bares. Dos cosas que nos obnubilan, es cierto, pero que al mismo tiempo nos hacen atractivos y mejores, o por lo menos más divertidos. Para mí los amantes de los chistes y de los bares son verdaderos visionarios.

Hace poco leí una novela preciosa: "El bar de las grandes esperanzas", del neoyorquino J. R. Moehringer. Ahí se explica todo de otra forma. En un momento el protagonista dice: "Todo el mundo tiene un lugar sagrado, un refugio, donde su corazón es más puro, su mente más clara, donde se siente más cerca de Dios, o del amor, o de la verdad, o de lo que sea que venere. Para bien o para mal mi lugar sagrado era el bar de Steve". Bonito ¿verdad? "El bar de las grandes esperanzas", léanla.

A mi juicio el abstencionismo electoral español tiene mucho que ver con nuestra afición a los chistes y a los bares. Las tres cosas son síntomas de independencia y rebeldía, pero también de amor por lo cercano. No en vano nuestras más gloriosas obras artísticas o literarias están llenas de chistes y despiadadas sátiras sobre nosotros mismos, véase Cervantes, Quevedo. Y muchas se han escrito o creado en bares como el Gijón, el Comercial o Els Quatre Gats.

Por fin y sin ánimo de molestar (lo juro), el otro día me contaron este chiste en un bar. Pregunta: ¿Por qué no hay caras de políticos en los sellos de Correos? Respuesta: Porque la gente no sabría en qué lado escupir.

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