Opinión

Andate a la mierda

Supongo que todos ustedes conocen el caso. Un empresario de Alicante que tiene un restaurante recibió una factura de Iberdrola en la que en el lugar donde deberían ir su nombre y apellidos aparecía lo siguiente: "Andate a la mierda, hijo de puta". He transcrito "andate" sin acento deliberadamente pues Iberdrola lo escribió así, lo que es muy correcto y hasta diríamos cortés ya que el empresario destinatario de la factura es de origen uruguayo, "andate", y no "ándate".

El empresario que se llama Gustavo Rodríguez y no como piensa Iberdrola "andate a la mierda, hijo de puta" se lo ha tomado con bastante sentido del humor. Yo lo he escuchado en la radio contando la historia entre enfadado y divertido, y eso sumado a su precioso acento uruguayo lo hace de lo más simpático. Ojalá se le llene el restaurante de gente con eso. Por supuesto él presentó una queja a Iberdrola a la que la compañía respondió por carta pidiendo disculpas y aduciendo que aquello debió de ser un error informático en el que se cruzaron sus datos con alguna conversación telefónica en la que el empresario harto de bregar con el servicio de atención al cliente de la compañía liquidó la conversación con un expeditivo "andate a la mierda, hijo de puta", mientras colgaba abruptamente el teléfono.

El cruce de datos no se entiende y Gustavo Rodríguez apunta que no es de recibo que una expresión de una conversación telefónica se confunda con los datos personales del usuario, ya que de ser así tanto usted como yo podríamos ser llamados "buenos" como nombre de pila, y "días" como apellido, lo que decimos usualmente al descolgar el teléfono; o "internet no me funciona" como nombre y "ya estoy harto de ustedes" como apellido.

La cosa no es baladí. A Gustavo Rodríguez le grabaron una conversación telefónica y por un extraño birlibirloque de las tecnologías confundieron su cariñosa expresión de despedida "andate a la mierda, hijo de puta" con su propio nombre. Y así lo trasladaron a la factura en la casilla correspondiente.

A mi me encantaría que me confundieran igual. Me encantaría recibir mi factura telefónica, del gas o del agua a nombre de "nos ha fastidiado, su compañía tiene un morro que se lo pisa", u otra cosa. Se me ocurren muchas y variadas posibilidades pero no voy a poner más aquí. Ustedes ya se las imaginan.

Gustavo Rodríguez que además de un restaurante tiene también un gran sentido del humor cuenta que últimamente se ve obligado a aguantar con estoicismo las bromas diarias de sus vecinos y amigos que suelen decirle: ¿cómo quieres que te llame, por el nombre o por el apellido?

El hombre no piensa denunciar a Iberdrola y se da por satisfecho con la disculpa escrita, lo que también dice de él que es poco amante de los líos. Creo que yo haría lo mismo. Total, para que me llamen otra cosa peor mejor aguantarse.

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