Opinión

Animalitos

El pasado jueves la prensa nos regaló a los gallegos uno de esos días mágicos, inolvidables, que hubiera hecho las delicias de Cunqueiro. En lugar de las típicas noticias sobre corrupción política, estafas bancarias, etc., a las que estamos acostumbrados, los periódicos parecieron ese día un documental de La 2 emitido a continuación de "Saber y Ganar".
Para empezar, en Narón una chica fue mordida en una nalga por una agresiva serpiente de gran tamaño que emergió repentinamente en el váter mientras la muchacha estaba tranquilamente sentada en él, a lo suyo. Y aun tuvo suerte ya que era chica. En fin. El suceso causó una gran alarma social en la localidad coruñesa e hizo que inmediatamente todos los varones del municipio se apresuraran a cerrar las tapas de los inodoros. Una costumbre que habían perdido hacía años.
El mismo día, en Vigo, a un barbero de la calle Carral, el Seprona le incautó una urraca. La urraca se llama Lola, lleva más de un año viviendo felizmente en la barbería y no quiere irse de allí, según afirma Pedro Fernández, su dueño. Lola es muy conocida entre los clientes de la barbería a los que el córvido entretiene con sus muchas habilidades. El barbero encontró a la urraca el año pasado, malherida al pie de un árbol, se la llevó a casa y la curó y cuidó desde entonces. Esto casi es una historia de amor. Ahora este pobre hombre se arriesga a una multa por posesión de una especie de fauna silvestre sin permiso. Aparte del disgusto que supone el hecho de que se lleven a Lola, claro. ¡Vaya por Dios! Sea usted bueno para eso.
También en Vigo, pero en la calle Gregorio Espino, una mujer se encontró en el interior de su casa a una ardilla coreana. Estaba instalada allí. En el salón. Supongo que era una ardilla okupa. La mujer llamó a la policía y rápidamente una unidad del UMIR (Unidad Medioambiental de Intervención Rural) capturó al animal y lo identificó. Para que se hagan ustedes una idea, la ardilla coreana es esa tan graciosa y bonita que tiene el dorso listado. Es un animal de bosque por lo que entiendo que no se encontraría muy a gusto en un apartamento de A Doblada.
Las mascotas exóticas están de moda. Hay un chico en Pontevedra que tiene un lagarto enorme, lo lleva en el hombro. Y en Vigo y Ourense me he cruzado varias veces con un chaval que pasea un simpático y nervioso hurón. Cuando lo veo pienso "confiemos en que no se encuentren con un terrier loco".
Yo siempre quise tener un koala. Se lo he pedido a los Reyes pero don Juan Carlos y doña Sofía no contestan a mis cartas. Me encantaría quedar con mis amigos a tomar una caña y llevar el koala abrazado a mi cuello como un fular. Le pondría de nombre Filiberto. Filiberto es un buen nombre para un koala.

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