Opinión

Cefas Bansah

Cefas Bansah es un mecánico alemán de origen ghanés que gobierna un pequeño reino de Ghana, Hohoe, vía Skype desde su casa en Ludwigshafen. Supongo que lo han visto o han leído algo acerca de él estos días. La verdad es que parece un tipo simpático y bienintencionado. Yo no soy súbdito suyo como es obvio, pero visto así por encima parece ¿cómo lo diría?... ¿un buen rey?

Cefas ha saltado a la fama aquí en España recientemente a propósito del despropósito de Puigdemont, que también quiere gobernar vía Skype no ya un reino sino una inexistente república. Eso es más complicado. A fin de cuentas Cefas es el rey legítimo de Hohoe, pero Puigdemont carece de legitimidad. El reino de Cefas existe, pero la república de Puigdemont no. Por si esto fuera poco el rey Cefas tiene 300.000 súbditos que lo adoran, casi la población completa de Hohoe, pero Puigdemont ni siquiera cuenta con el apoyo del treinta por ciento de los ciudadanos a los que dice representar. Para colmo Cefas simplemente estaba estudiando mecánica en Alemania en los años 90 cuando su abuelo el rey murió, y resultó que el siguiente en la línea sucesoria era él, así que lo coronaron. Pero entonces Cefas decidió quedarse a vivir en Alemania y ejercer su cargo monárquico desde allí. No es el caso de Puigdemont, que ni siquiera era presidente de ninguna república y en cuanto vio que las cosas se ponían feas decidió salir por piernas y dejar en la estacada a sus socios, votantes y no sé si súbditos.

Yo creo que lo que pone sobre la mesa el ejemplo de la historia de Cefas es una metáfora irónica de los sueños disparatados de Puigdemont. Bueno, una metáfora no, perdón, una fábula. Quizás una de Fedro, Esopo, Iriarte, Lafontaine o Samaniego. Generalmente las fábulas las protagonizan animales u objetos inanimados con características humanas. Eso también le casa bien a Puigdemont que como un objeto inanimado más pretende relacionarse con el mundo de los humanos a través de la tecnología, como si fuera una especie de Tamagotchi. Rajoy ya intentó eso una vez con una pantalla de plasma y la verdad es que la cosa no le salió muy bien. Por cierto que a los Tamagotchi hay que cuidarlos y darles de comer todos los días, si no, se mueren.

O sea que todo esto es una fábula, lo malo es que no sabemos que fábula es en concreto, tal vez “La zorra y las uvas”, “El pastor mentiroso”, “El parto de los montes”, “La zorra y el mono coronado rey”, “La gallina de los huevos de oro”, “El cisne tomado por ganso”, o puede que “El asno y su sombra”. ¿Quién sabe?

Lo que sí sabemos es que las fábulas siempre tenían al final una instructiva moraleja. Y esta, lamentablemente, no tiene ninguna. Yo creo que los independentistas catalanes deberían votarle a Cefas Bansah y olvidarse de Puigdemont. Les iría mejor.  

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