Opinión

César Bona

César Bona es un profesor zaragozano que ha sido seleccionado por el Global Teacher Prize como uno de los cincuenta mejores profesores del mundo. Si han leído ustedes alguna entrevista con él se habrán dado cuenta de por qué. Sobre todo y especialmente porque utiliza el sentido común. Por ejemplo César explica como en Primaria los niños juegan, corren, inventan, se mueven todo el rato y descubren; y como en Secundaria se los tiene sentados todo el día escuchando y leyendo, en una actitud pasiva, y eso es un error de bulto. Eso dice él. Y seguro que tiene razón.

Lo increíble de César es que nos ponga sobre la mesa, negro sobre blanco, cosas que todos sabíamos o sospechábamos de lejos. No hace falta leer "La lengua de las mariposas" para eso. Yo no tengo hijos, pero me encantan los niños. Y además hasta se me dan bien. ¡Vaya! Tal vez, supongo, porque nunca les hago carantoñas ni tonterías. Los trato como adultos y ellos agradecen eso. Creo que hubiera sido un buen padre si hubiera tenido la oportunidad, pero eso no ocurrió.
Creo también, a mayores, que me hubiera gustado ser maestro como mi amigo Afonso Monxardín que escribe por aquí, o como mi abuelo materno que también era maestro. Pero eso tampoco pudo ser. No fui un buen estudiante, así que ¿cómo podría dar un buen maestro? No.
La idea de César Bona de que los niños no tienen que estar sentados escuchando casi me parece revolucionaria. Y maravillosa. Salgamos al campo, sí señor. A descubrir la preciosa lengua de las mariposas. ¡Qué bonito! Y que educativo. Como ya sabemos se aprende más de la lengua de las mariposas que de muchos libros.

Yo me crie, acunado por mis padres, en la calle Curros Enríquez, abajo, casi en la última casa junto a Las Lagunas. Hoy Las Lagunas son un océano de edificaciones, aceras y carreteras organizadas pero entonces, en aquellos años, eran un campo desatado y salvaje. Un campo. Un bosque. Una selva. Un mundo de matorrales y arbustos lleno de poblados gitanos sobre todo. Ahí me pasaba yo el día jugando con mis amigos gitanos. Años después, ahora, al descubrir a César Bona y escuchar sus opiniones habría de recordar aquella infancia mágica, de descubrimiento. No sé. Aquellos chicos con los que jugaba a las guerras, a tirarnos piedras y cosas así. Uau. ¡Qué políticamente incorrecto resulta esto hoy! Y que peligroso, además. Era como aquella película "La guerra de los botones", pero con piedras. Qué miedo.

Cuando oigo a César Bona o leo sus opiniones recuerdo esas cosas y aquella infancia. Recuerdo a aquellos gitanos que conocí un día de niño y que eran iguales, hoy lo sé, a aquel otro del que hablaba así Federico: "Antonio Torres Heredia / camborio de dura crin / ¿Quién te quitó la vida / cerca del Guadalquivir?"

Eso sí que es educación. De la buena. Va por César.

Te puede interesar