Opinión

Comillas entre comillas

En Barcelona han retirado de una plaza una estatua de Antonio López y López primer marqués de Comillas, por esclavista parece ser. 

Regulamente se eliminan de las plazas o callejeros de España personajes más o menos deleznables. A mi me parece perfecto si se trata de personas que tuvieron una participación activa en acciones violentas o similares. No está bien tener como nombre de una calle el de un asesino, como el caso de Millán Astray por ejemplo.

Cuando yo fui a estudiar a Madrid de chaval, la Gran Vía se llamaba José Antonio Primo de Rivera, una denominación que cuarenta años después seguía sin cuajar pues todo el mundo seguía llamándola Gran Vía a pesar de los rótulos oficiales. En Ourense un caso parecido sería la Avenida del Generalísimo que nadie dejó de llamar nunca Progreso; o el Paseo renombrado por el franquismo como José Antonio sin éxito.

La retirada de la estatua del marqués de Comillas vista por la tele a mi me recordó la defenestración de aquella estatua de Saddam Hussein en la plaza Firdos de Bagdad ¿se acuerdan? Por suerte en Barcelona la estatua no le cayó a nadie en la cabeza.

Hace un tiempo fue polémica una lista madrileña de nombres de calles a eliminar de escritores, artistas, músicos, etc., en la que aparecían algunos sorprendentes. Agustín de Foxá que escribió la letra del Cara al Sol sí, pero también la mejor novela española sobre la guerra civil: "Madrid, de Corte a Checa". O Alfonso Paso, Concha Espina, Eugenio D'Ors, Manolete, Lázaro Galdiano, Juan de la Cierva, Josep Pla quién solo por "El Cuaderno Gris" o "Lo que hemos comido" merece unas cuantas plazas; o Muñoz Seca, Salvador Dalí, Jardiel Poncela, Pemán, Mihura, Manuel Machado, González Ruano o Turina, por citar otros. La lista anonadaba. Sobre todo porque quienes la elaboraron, todos juntos no le llegaban a la suela de los zapatos a uno solo de los incluidos.

Pero a los gallegos todo eso nos dio igual. Manolete, Paso o Pemán no nos importaron. Lo que nos molestó fue que en la lista apareciera don Álvaro Cunqueiro. Un señor que vivió en tiempos de Franco, pero que de franquista nunca tuvo nada. Solo hay que leerlo para darse cuenta. Un franquista jamás podría haber escrito lo que escribió el de Mondoñedo al final de "As crónicas do Sochantre": 

"Fixo un solene redobre de parada o tamborileiro do Concello, e o Sochantre berrou coma lle tiñan mandado:

– ¡Función de Romeo e Xulieta, famosos namorados!

Unha bolboreta que volese, ouviríase no adro de Comfront."

A propósito del asunto del marqués de Comillas he oido a la alcaldesa de Comillas señalando, con gran sentido común, que si siguiéramos ese criterio (en el caso del marqués, que fue esclavista) habría que retirar el 90% de las estatuas de España. 

En fin, siempre podríamos sustituirlas por estatuas de aquellos que nunca han hecho daño a nadie como el pollito Calimero o Topo Gigio.

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