Opinión

Doña Pilar Rahola

Doña Pilar Rahola es una señora que tiene pinta de ser imbécil y es imbécil de arriba a abajo, pese a sus estudios. Se viste como una imbécil, actúa como una imbécil y habla como una imbécil. Lógico: los extremeños se tocan. Es como la leche, blanca y en botella; o como un pato que si camina como un pato, nada como un pato y dice ¡cuac!, es que es un pato. 

Pues doña Pilar Rahola, por llamarle algo respetuoso con lo de "doña", como ella nunca ha sabido hacer nada realmente reseñable ni tener alguna idea decente que nos pudiera interesar, encontró un hueco en la tele como tertuliana. Es solo un trabajo. Le pagan por decir imbecilidades como podrían pagarle por cualquier otra cosa para la que esté capacitada.

Una de sus imbecilidades famosas es esta: "Los españoles me dan asco por su olor a pescado". Yo no sé a que escuelas habrá ido de niña doña Pilar Rahola, pero a ninguna buena. Eso seguro. Es posible que los vigueses o los de San Sebastián olamos algo a pescado, vale, pero improbable que lo hagan los de Teruel o los de Salamanca que en todo caso olerán a cecina, a jamón ibérico o a chuletón. De esto se deduce que A) a doña Pilar Rahola no le gusta el pescado; B) que no tiene ni idea de geografía y ni siquiera sabe donde está el mar que, por cierto, como barcelonesa lo tiene alrededor; y C) que si alguna vez pisó La Boquería, no entendió nada de nada.

"Los españoles me dan asco por su olor a pescado" me recuerda aquella frase de los viajeros ingleses por España del siglo XIX "no garlic in the soup, please". Solo que aquella frase, irónica por lo aborrecible que les resulta a los ingleses el ajo, casi era un piropo. La frase de la señora Rahola no es un piropo sino un insulto malintencionado.

Puestos a ser malintencionados cualquiera puede serlo. A mí doña Pilar Rahola me recuerda a La Faraona cuando dijo que los gallegos éramos unos cerdos. Y eso que me caía bien Lola Flores, pena, penita, pena; y no tan bien doña Pilar Rahola, lo confieso. Excuso comentar que ella se viste, maquilla y grita en las tertulias peor que Lola Flores, porque me tacharía inmediatamente de machista. Seguro. ¡Ay, San Pérez Reverte, auxíliame en este trance que San Julian Assange no lo va a hacer!

Doña Pilar Rahola empezó como una chica catalanista simpática y acabó escribiendo libros, ganando premios y saliendo en la tele. Pero yo no la entiendo, usted no la entiende y ni ella se entiende. Lo único que entendemos todos de doña Pilar Rahola es lo que ha cobrado para pagar el cole de su niña en Suiza de cien mil euros al año. Eso sí que lo entiende doña Pilar Rahola, que para eso es catalana: "No garlic in the soup, please".

Te puede interesar