Opinión

El breve decálogo

El "Breve decálogo de ideas para una escuela feminista" publicado en la revista TE de la Federación de Enseñanza de CCOO, es todo un ejercicio de inteligencia sin parangón. En lugar de en esa revista, que por cierto yo no he leído nunca ni voy a hacerlo, deberían haberlo publicado en El Mundo Today. Lo hubiéramos entendido todos mejor.

 Para empezar el decálogo tiene veintiún puntos, así que ni es breve ni es decálogo, por lo que de sus autores y/o autoras podría decir Arturo Pérez Reverte con más razón que nunca que "son cultos que te cagas".

Por cierto que Arturo Pérez Reverte es uno de los escritores españoles junto con Javier Marías y otros más que aparecen en el texto como "a eliminar" del programa educativo junto con Kant o Nietzsche... por misóginos o machistas. ¡Hala!, castigados. Me puedo imaginar a mi admirado Pérez Reverte y a Marías bailando sevillanas a estas alturas en la Feria de Abril con Kant y Nietzsche, y eso que aún no estamos en abril. ¡Jo!

Otra ocurrencia brillante del decálogo veintiuncálogo es prohibir el fútbol en los recreos y sustituirlo por danza. ¡Cielos!, ignoraba que fueran cosas incompatibles. Sí, ya sé que Cristiano Ronaldo generalmente no actúa en el Festival de Otoño y Nacho Duato tampoco juega en el Real Madrid, pero la verdad es que no entiendo esa distinción. ¿Son enemigos el fútbol y la danza? No lo sabía. Y digo más ¿por qué el fútbol y no el balonmano? Misterio.

Pero los puntos más delirantes de todo ese decálogo veintiuncálogo son el tres y el cuatro, en los que se sugiere incluir en el currículum de lecturas de literatura y filosofía el mismo número de escritoras y filósofas que escritores y filósofos. Por decreto. Como decía un amigo de la mili y que también me recuerda a veces a Pérez Reverte: ¡Ahí tus huevos, capao! 

Quizá dentro de bastantes años pueda hacerse eso y estará bien entonces, ojalá sea así, pero actualmente resulta un poco difícil. El número de escritores y filósofos es, producto de la historia nos guste o no, muy superior al de escritoras y filósofas, por buenas y brillantes que fueran o sean las que hubo y hay. Lo siento chicas pero no es culpa nuestra. Estamos trabajando en ello. Para mejorar.

Yo añadiría a ese decálogo veintiuncálogo el punto veintidós, uno que les explique a niños y niñas que durante miles de años fueron solo los hombres, muchachos generalmente, los que fueron a la guerra y volvieron tullidos, muertos, o no volvieron nunca a casa. No las mujeres. Los hombres. Me parece importante que lo sepan también.

Apoyo cualquier acción que contribuya a un mundo más igualitario, pero no a costa de construir uno más idiota y negarle a los críos el conocimiento, que es lo que pretende ese decálogo veintiuncálogo. En fin, a ver si se aclaran y lo llaman como lo tienen que llamar. No creo.

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