Opinión

El demonio juega al fútbol

El obispo de San Sebastián, don José Ignacio Munilla, acaba de descubrir que el demonio juega al fútbol, cosa que ya sabíamos desde hace tiempo todos los aficionados al baloncesto. Este prelado, hablando recientemente sobre feminismo en un programa de radio, ha afirmado lo siguiente: "Es curioso como el demonio puede meter un gol desde las propias filas, porque el feminismo al asumir la ideología de género se ha hecho una especie de harakiri."

Fabuloso. Ya solo nos falta saber si el demonio se parece más a Maradona, a Cristiano Ronaldo, a Leo Messi o a Neymar (todos hombres, por cierto), algo que monseñor no ha aclarado tal vez porque aun no ha estudiado el asunto a fondo. Démosle tiempo. 

Lo de meter un gol en propia puerta, frase que Munilla repitió varias veces en su intervención, es un clásico. Yo creo que las feministas, no sé si el obispo se ha fijado, tienen más moral que aquel equipo de fútbol del Alcoyano, que perdiendo por 13-0 cuando el árbitro decidió dar por finalizado el partido a un minuto antes del final, se encontró con la violenta oposición de todos los jugadores del equipo de Alcoy, que querían jugar aquellos sesenta segundos restantes a toda costa. Por si acaso.

Yo le diría a monseñor Munilla una sugerencia bienintencionada para ayudarle en su investigación, que piense en George Best por ejemplo, aquel mítico jugador norirlandés del Manchester United. Quizá George Best cuyo nombre da nombre actualmente al aeropuerto de Belfast sí fuera el demonio en persona. O supongo yo que se lo podría parecer al señor Munilla. George Best se hizo famoso no solo por ser uno de los mejores centrocampistas de la historia del fútbol, sino también por sus excesos sobre todo alcohólicos y sexuales, y porque formaba parte de la que fue justamente llamada ¡atención Munilla! "la Santísima Trinidad del fútbol" junto con Bobby Charlton y Denis Law (esto casi parece una broma tonta sacada de "El código Da Vinci", sorry).

Si hemos de creer a Nietzsche que decía "Dios ha muerto", entonces el demonio ya no pinta nada aquí. Tal vez también haya muerto. Quién sabe. Quizá el demonio era George Best, al que sus fans llamaban cariñosamente "George el Bonito" por cómo era y por cómo jugaba. Un nombre, "el Bonito", muy apropiado para un demonio. Si fuera así entonces el demonio murió en 2005 en el Cromwell Hospital de Londres, aquejado de una infección de riñón. 

En cualquier caso y como un último dato para el estudio del señor Munilla, ya digo que con buena intención, señalaré que en caso de que George Best fuera el demonio jugaba al fútbol como un verdadero ángel, suponiendo que los ángeles sepan jugar al fútbol lo que es dudoso. George nos regaló además esta frase preciosa y llena de ingenio como tantas otras suyas: "En 1969 dejé las mujeres y la bebida; fueron los peores veinte minutos de mi vida".

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