Carles Puigdemont "El Huido", según él legítimo president de Catalunya y según el sesenta y nueve por ciento de sus conciudadanos ilegítimo, tras las elecciones ha declarado desde su hotelito en Bruselas que Rajoy, Europa, España, el mundo, el universo, Star Wars, Star Trek, 2001 Una Odisea del Espacio, Blade Runner, Matrix y esos varios millones de catalanes que no le dan la razón, tienen que darle la razón por narices. Como sea.
Por cierto que "El Huido" le queda genial a Carles Puigdemont, como aquellos reyes de España que siempre tenían un mote así, muy bonito: "El Hechizado", "El Felón", "El Pasmado", "El Casto (ya saben que no era nada casto)", "El Impotente (ya saben que no era impotente, lo que pasa es que la historia nunca nos la cuentan bien).", "El Temerario (un cobarde de nota)", "El Deseado (no lo quería nadie)", o "El Animoso (un tipo incapaz de levantarse de la cama)".
Los resultados electorales le dan alguna razón a Puigdemont claro está, al menos un treinta y poco por ciento de la razón, eso es un hecho, pero yo creo que el expresident está fumado o se ha metido una sobredosis de metaanfetamina de proporciones telúricas. Quizá tenga un laboratorio de metaanfetamina oculto en algún sótano de una casa cualquiera en un pueblecito belga de nombre impronunciable. No sé. Un pueblecito donde seguramente hacen un queso estupendo, quizá en la región de Chimay o en Des Flandres. El sótano fácilmente pasaría desapercibido entre los rebañitos de inocentes ovejas y los perros pastor-belga de raza Malinois. Ya se sabe que la policía belga no se caracteriza precisamente por prestar mucha atención a las ovejas.
A mi Puigdemont cada vez me hace pensar más en aquel personaje de La Codorniz de nuestra infancia creado por Rafael Azcona que se llamaba "El repelente niño Vicente". No estoy seguro pero creo recordar que Puigdemont tiene las mismas gafas, el mismo pelo, el mismo carácter y dice las mismas tonterías con el mismo tono de indiscutible autoridad que aquel personaje de tebeo. Yo creo que es él redivivo.
Si yo fuera catalán y pudiera haber votado en estas recientes elecciones le hubiera votado a él, más que nada por "a ver qué vai pasar aquí" (esto no es nada catalán sino muy gallego como es obvio). Acto seguido y tras introducir mi honrada, bienintencionada e ingenua papeleta en la urna le hubiera escrito una cariñosa carta a Inés Arrimadas en plan disculpa.
Inés: ya sé que tendría que haberte votado a ti, pero al final no pude. Lo siento mucho. En el último momento me pudo la boca. Es que... me pudo la boca.
Vale. Todo lo escrito arriba podrá sonar a broma pero estas elecciones han sido algo así. Y la conclusión indiscutible es que el expresident está fumado. Le pudo la boca. Solo así se explica su frase para la historia: "España tiene un pollo de cojones". Así son los grandes hombres.
