Un tipo ha denunciado a Carrefour porque se encontró una pasa en un paquete de grillos. ¡Genial! Volvemos a la antiquísima fábula, un género literario casi olvidado en nuestro moderno siglo XXI. De hecho ya había fábulas en la antigua Mesopotamia, hace tres mil años. Y durante siglos o más que siglos la fábula nos ha alimentado a todos, me refiero sobre todo a los niños, a los de mi generación y de otras anteriores desde que éramos unos enanos. Aviano, Esopo, La Fontaine y Samaniego llenaron nuestra infancia de inteligencia, sentido común y perspicacia mucho antes de que conociéramos a Sherlock Holmes o a Hércules Poirot.
Fábulas. Aparte de ser divertidas encierran siempre una enseñanza. La zorra y las uvas, el león y la zorra, la zorra y la cigüeña... en fin. En las fábulas como en la vida, siempre hay una zorra por el medio. Por cierto que recordando estas cosas mi difunto padre que además era cazador nunca llamaba zorra a una zorra. La llamaba "raposa", una palabra que a mi de niño me encantaba. Raposa.
El caso es que Carrefour ha empezado recientemente a comercializar insectos comestibles en sus supermercados y un cliente, el denunciante en cuestión, se ha encontrado en una bolsa de unos supongo que deliciosos "grillos con cebolla ahumada" una pasa. Una maldita pasa, añadiría yo. El hombre en la denuncia aduce que y cito textualmente "Estaba comiéndome mis grillos cuando de repente me encontré una pasa. Me dio tanto asco que vomité. Es inadmisible que uno se encuentre estas cosas en un paquete de comida."
Estoy totalmente de acuerdo con él. Tan inadmisible es encontrarse una pasa en un paquete de grillos, como un grillo en un paquete de pasas. Yo creo que esto da para una fábula moderna: el grillo y la pasa.
No sé si he contado esto alguna vez por aquí, lo he escrito en algún cuento creo, pero los grillos, especialmente una clase en particular que son los grillos arbóreos sirven para medir la temperatura. Si usted cuenta el número de chirridos de un grillo durante quince segundos y le suma 39 obtiene la temperatura ambiente exacta, como con un termómetro de los buenos. No falla. Eso sí, el resultado de la operación le da la temperatura en grados Farenheit. Hay que fastidiarse. Así que después no le queda más remedio que pasarla a Celsius multiplicando por 5, restando 160 y dividendo por 9. Es fácil si uno se pone a ello.
Todo esto no es magia, ni una broma de El Mundo Today, ni una tontería, ni un invento que se me haya ocurrido a mi. Tiene una explicación científica y lógica y es que simplemente el grillo chirría (grilla sería la palabra correcta) con un ritmo determinado en función de la temperatura que haga. Y ya está.
Por supuesto una pasa no sabe hacer nada de eso.
Moraleja: los grillos son más listos que las pasas.
