Opinión

Estalinistas de salón

En la Universidad de Granada unos no sé qué han, y perdonen ustedes, defecado una jornada de charlas en defensa de la figura de Stalin el pasado día 28 de abril. Es a lo que se dedican algunos tipos en nuestras universidades últimamente parece ser, a defecar y perdonen ustedes otra vez.

Normalmente sobre todo por aquí y como es lógico cuando se habla de genocidas siempre se piensa en Hitler, pero los mayores genocidas de la historia reciente, o sea del siglo XX por orden según la magnitud de sus crímenes y la cifra de muertos son estos. Primero Mao; segundo Stalin; tercero Leopoldo II (sí, aquel rey belga); cuarto Pol Pot, y quinto, ¡por fin!, Hitler. Podríamos seguir con la lista pero no tiene interés. Solo quería señalar con ella que Stalin está en un muy merecido segundo lugar. Medalla de plata. El oro se lo llevó Mao.

Por si quedaba alguna duda acerca de la intención de dichas charlas de la universidad granadina el acto se titulaba muy significativamente "En defensa de Stalin". Se ve que los organizadores querían que lo tuviéramos claro.

Un amigo me ha pasado una foto en dicha universidad en la que bajo el enorme cartel (bien diseñado por cierto) que anuncia las charlas, dos chicas sostienen una pancarta que dice "No nos callarán. ¡Viva Stalin. Viva el marxismo-leninismo!". 

No sé por qué pero sospecho que las dos chavalas no se han tomado el trabajo, cosa que sí hice yo a su edad, de leerse las obras completas de Marx y Engels, Proudhon, Bakunin, Rosa Luxemburgo y una buena caterva más de iluminados de la época. Iluminados que en muchos casos tenían toda la razón del mundo en su momento, pero cuyas ideas sirvieron a otros después, amparándose en ellas, para sistematizar el terror.

He titulado esta columna "Estalinistas de salón" porque igualmente estoy seguro de que ambas universitarias de la foto después de la pose se fueron para sus casas, en realidad las casas de sus papás, se sentaron en el sofá del salón con una bandeja en las rodillas y una apetitosa hamburguesa doble del McDonald's con queso, bacon y patatas fritas. Después se pusieron a ver tranquilamente "Sálvame" o cualquier otro programa parecido mientras chateaban con sus amigos por el móvil y regaban la hamburguesa con ketchup o mayonesa de bolsita. Solo por eso el propio Stalin las hubiera mandado al paredón sin pensárselo dos veces y, ahí estoy con Stalin, con toda la razón.

A estas alturas del siglo tan solo un descerebrado reivindicaría la memoria de Stalin, un asesino de masas sin escrúpulos como los que lo acompañan en la relación que cité más arriba, Mao, Leopoldo II, Pol Pot o Hitler. Ya lo dije el otro día en estas mismas páginas: muchos pasan por la Universidad pero hay pocos que la Universidad pase por ellos. Doy por hecho, claro está, que las charlas están financiadas con dinero público. Seguro.

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