A raíz de los resultados de las elecciones gallegas, el pasado domingo por la noche las redes sociales se inundaron de comentarios parecidos a las palabras que dan título a este artículo. Según muchos los gallegos somos unos paletos por darle la victoria electoral al PP. Yo no se la he dado, esa victoria. Ni soy del PP, ni le he votado. A mí plim, que me registren.
El "gallego paleto" es un tópico de algunos humoristas malos de la televisión del franquismo que todos recordamos, algo que en aquellos tiempos les hacía mucha gracia al resto de los españoles, se supone. A mí nunca me la hizo. Parece ser que ese deleznable asunto está aquí otra vez. De vuelta.
Pero puestos a ser "paletos, paletos" de verdad, nada más paleto que las fallas de Valencia con esas chicas guapas, las falleras, absurdamente disfrazadas de tarta vienesa de nata; o el habla pueblerina de payés que tienen los catalanes de bien, que se las dan de tan finos ellos como si fueran franceses pero con un acento malo; o los vestidos con faralaes de las andaluzas y sus chicos ceñidos hasta no digo dónde, taconeando en el tablado como un espectáculo gay diseñado por John Galliano. Yo qué sé y qué sé yo. O sea y por liquidar el tema, como paletada también podría valer una panda de asturianos con las gaitas entre las manos, soplando y haciendo sonar maravillosamente "Asturias, patria querida".
O sea que puestos a ser paletos en España, a los gallegos nos ganan todos. A mí me encantan las Fallas, y el catalán, y el flamenco, y el bable y la gaita. Ninguna de esas cosas me parecen paletas. Me parecen preciosas y admirables todas. Y sí, me emocionan. Será que soy un poco cursi.
Algunos de los tan repetidos comentarios sobre ese tema en las redes sociales fueron estos: "En Galicia solo hay fachas, vacas y narcos"; o "los gallegos son más idiotas que los andaluces, ¡qué asco de país!"; o "¡Putos gallegos, es que son imbéciles!"
Gracias chicos y chicas, vuestros comentarios resultan todos muy instructivos y enriquecedores, pero algo falla. Una cosa es lo que uno desea y otra es la realidad. Y si uno quiere que sus deseos se hagan realidad, debe entender la realidad.
Yo no sé donde encajarme. No sé si soy un facha, una vaca o un narco. Preferiría ser un narco, la verdad, al menos así ganaría una pasta ¿no?, como Pablo Escobar o el Chapo Guzmán. Lo de "los gallegos son más idiotas que los andaluces" no lo entiendo. No sabía que los andaluces fueran idiotas y me gustaría saber donde ha nacido el autor del comentario, ¿ese tipo será quizá aragonés, castellano, mallorquín o simplemente canadiense? Todo esto me supera. Las elecciones es lo que tienen, que nos hacen a todos iguales y sobre todo, nos hacen a todos igualmente idiotas. Salud, o saúde... si así lo prefieren ustedes.
