Opinión

Inception

Vuelvo a lo mismo. Sorry. Ustedes perdonen, la realidad no me deja muchas opciones.
"Inception" (Origen) es una película de ciencia ficción de Christopher Nolan protagonizada por Leo DiCaprio. El argumento gira alrededor de que se puede inocular una idea en la mente de otra persona durante el sueño, de forma que esa persona crea que la idea es suya. El clásico truco:
– No pienses en un elefante. ¿En qué estás pensando?
– En un elefante.
Entendido. "Inception" es espectacular. Véanla, les gustará.
Siempre he defendido los movimientos ciudadanos que han surgido en los últimos años desde el 15M. Me resultan refrescantes. Incluso les he votado. Y esto último lo confieso casi como un católico arrepentido, de rodillas en el confesionario: Padre, me he masturbado seis veces. No te preocupes, hijo, no pasa nada. Dios te perdona. Reza equis padrenuestros y hala. Ya está. Arreglado. Vete en paz.


El primer problema es que no me puedo ir en paz, porque cada día más manifestaciones de dirigentes de esos partidos me ponen de los nervios. El segundo problema es que tampoco hay a donde ir, porque los otros partidos son lo de siempre. Eso por no hablar más de Mas. Aquí la única que se salva, de la estupidez quiero decir, es Manuela Carmena.
Entre que Pablo Iglesias, al que quiero, no fue al desfile de las Fuerzas Armadas porque a él no le van esas cosas pero ahora contrata a un militar; que Adita Colau se coló como indica su apellido con cualquier bobada por Twitter; y que Kichi, el alcalde de Cádiz, decidió hace unas semanas que Christopher Colón era un asesino en serie como Hannibal Lecter, estoy desconcertado. Claro que pensándolo bien Anthony Hopkins daría un buen Colón con un poco de maquillaje.

A ver si alguien se anima a hacer la película. Con Kichi de guionista, claro.
El mundo está lleno de gente que cree en las películas como Kichi. Gente que se imagina a Colón en la isla de Guanahaní con un estandarte en la mano y un fraile al lado. No, cariño. No había ningún fraile en el primer viaje del Almirante. Los mariñeiros eran desesperados, delincuentes la mayoría, locos. Costó mucho trabajo conseguir la tripulación para las tres naos. ¿Quién iría a un viaje al fin del mundo? Nadie. Solo cuando Colón regresó y los Reyes Católicos vieron a los seis inditos, los guacamayos y el poco oro que trajo el Almirante, entonces decidieron que sí había que financiar aquella empresa disparatada.

Y en el segundo viaje ya fueron frailes. Doce, como doce apóstoles. Dios le había mostrado América  a España y le encargaba una misión: convertir a todas aquellas almas nuevas al cielo. Así que lo del genocidio déjalo, Kichi. Hay que leer más e imaginar menos.
En fin, que estoy abducido. Tengo una idea que no es mía. Voy a dejar de votar. Mejor que mi voto se pierda en el océano... como en un sueño. Inception.

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